TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO EN EL GATO (1)
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO EN EL GATO
La conducta social del gato ha sido ampliamente estudiada en diversos colectivos, tanto en animales asilvestrados como en animales que conviven con el hombre, y lo cierto es que presentan grandes variaciones. Un parámetro que al parecer es de suma importancia para que desarrollen unas u otras conductas es la disponibilidad de alimento. Las diferencias genéticas se muestran al parecer importantes en cuanto a la organización social de estos animales, así como las experiencias tempranas durante su desarrollo.
Se sabe que son animales territoriales, pero en muchas ocasiones las áreas ocupadas por dos individuos se superponen.
Los mecanismos que emplean para delimitar sus zonas se basan fundamentalmente en:
- Marcaje con orina (spraying). Se sabe que los gatos pueden discernir entre el olor de la orina de un gato conocido y uno desconocido.
-Marcaje con heces: en ocasiones los gatos depositan montones de heces en lugares particularmente visibles, sin cubrirlos de tierra. Su función no está establecida.
-Marcaje con las patas anteriores: consiste en arañar objetos verticales. Incluye un componente visual y un componente olfativo: las señales dejadas por los arañazos y la secreción de las glándulas interdigitales.
-Marcaje con las glándulas cutáneas de la cabeza: el gato dispone de glándulas productoras de feromonas en la parte lateral de la cabeza (glándulas temporales), alrededor de la boca (glándulas periorales), y en la cola (glándulas caudales). Al frotar la cabeza contra un objeto el gato deposita en él la secreción de las glándulas periorales y temporales. En otras ocasiones las deposita sobre otros gatos e incluso sobre nosotros.
Todas estas costumbres, habituales en donde se concentran grupos de gatos, las desarrollarán también en nuestras casas, y en los alrededores de la zona en donde habitan en caso de que tengan oportunidad de salir al exterior.
Con estas premisas, vamos a tratar en éste artículo, los trastornos del comportamiento derivados de lo que acabáis de leer. Dejaré para una próxima entrega las alteraciones el comportamiento que derivan en agresiones entre gatos que conviven juntos, y las agresiones que son dirigidas hacía personas.
ELIMINACIÓN INADECUADA
Los problemas de eliminación inadecuada (es decir, la eliminación en lugares que no son aceptables para el propietario) constituyen una de las primeras causas de consulta por problemas de comportamiento en animales de compañía. Un dato sumamente importante que debe ser tenido en cuenta, es que la eliminación inadecuada puede ser la manifestación de la existencia de una enfermedad orgánica. Para descartarlas se deberá hacer una inspección del animal, y un análisis de orina y sangre completos. Tampoco estaría de menos, realizar una ecografía del aparato urinario.
En el gato, tanto los machos como las hembras adoptan la misma postura para orinar- agachan el tercio posterior- cuando dicha conducta no tiene finalidad de marcaje territorial. Cuando una hembra o un macho felino están marcando eliminan la orina hacia atrás al tiempo que mantienen el cuerpo erguido y la cola levantada, y tan sólo ocasionalmente lo hacen agachando el tercio posterior.
Además, el gato cuando realiza una conducta normal de eliminación escarba una pequeña depresión con sus extremidades posteriores, en la que deposita sus heces o su orina, y después las cubre con el sustrato que tiene en su bandeja.
Curiosamente la secuencia que se produce durante la micción/defecación, depende de las sensaciones que ése sustrato le produce al gato. Si no es de su agrado, defecará u orinará en un lugar distinto. También puede ocurrir que ése sustrato sea de su agrado para defecar, pero no para orinar, o viceversa. Los sustratos con olor intenso suelen provocar este tipo de problemas, o bien estar provocados por cambios de marca demasiado frecuentes. Ademas del sustrato propiamente dicho, la localización del mismo es también importante, y un cambio de lugar puede provocar problemas de eliminación inadecuada. El factor más importante que determina la aceptación del sustrato es el tamaño de las partículas; la mayoría de los gatos prefieren las partículas pequeñas. Los forros de las bandejas no suelen ser del agrado de los gatos. Me refiero a esas bolsas de plástico que muchos ponéis para que su vaciado sea más sencillo.
El marcaje territorial con orina es uno de los problemas de comportamiento más frecuentes. Suele aparecer en los machos no castrados y maduros alrededor de los 6-7 meses, y en las hembras suele coincidir con los periodos de celo. Aún así el problema puede presentarse en hembras y machos castrados.
Curiosamente existe una marcada variabilidad entre individuos, es decir, no se trata de un comportamiento generalizado, existiendo machos y hembras sin castrar que nunca a lo largo de su vida realizan este tipo de conductas, por lo que los etólogos piensan que seguramente existe un componente genético en el desarrollo de estas conductas.
El ambiente que rodea al gato es un factor sumamente importante y que debe ser tenido en cuenta. Si existen estímulos olfativos provenientes de otros gatos, la aparición del marcaje será mucho más frecuente. La explicación de este fenómeno es lógica, teniendo en cuenta que el marcaje territorial tiene una función comunicativa, y las feromonas presentes en la orina aportan información acerca de la identidad, y en el caso de las hembras, del estado de receptividad sexual del emisor.
Se ha comprobado que determinados medicamentos, en especial los ansiolíticos disminuyen este tipo de conductas, lo que nos hace pensar que deben estar influenciadas por estados de ansiedad o de estrés: nuevas personas o animales en el domicilio, cambio de él, cambios en el entorno físico del animal, y cambios en la rutina a las que el animal está acostumbrado.
Cuando un gato presenta un comportamiento anormal en cuanto a la emisión de orina, habrá que estudiar (cómo he dicho antes) si se trata de un problema derivado de alguna enfermedad, en especial de las vías urinarias. Una vez descartada esta posibilidad, determinaremos que se trata de un problema de conducta, y lo trataremos como tal.
En primer lugar habrá que fijarse en la postura que adopta el gato, para saber si está marcando o lo está haciendo por aversión al sustrato, por qué no le gusta el lugar donde tiene la cubeta, o por qué tiene ansiedad o está estresado.
La cantidad de orina depositada también debe ser tenida en cuenta, ya que cuando un gato marca el territorio lo hace con volúmenes muy pequeños de orina, y suele hacerlo en superficies verticales (puertas, trozos de pared cercanos a puertas y ventanas) y objetos recién introducidos).
Las áreas marcadas deben ser lavadas con un limpiador enzimático. Rociar las áreas marcadas con repelentes es controvertido. La aplicación de análogos de feromonas en forma de pulverizador o difusor puede reducir el marcaje.
Un objeto que curiosamente marcaban algunos de los gatos que he tenido en casa, eran los zapatos, y muchas veces me he preguntado si sería para tapar el olor que ellos eran capaces de percibir en ellos, derivado del que los animales que visitan mi clínica habían dejado en ellos. Curiosamente, cada vez que volvía a casa era lo primero que olisqueaban, y lo mismo hacían con la ropa de trabajo cuando la llevaba a casa para ser lavada.
Los gatos que marcan también depositan su orina en la bandeja colocada a tal efecto.
El marcaje con heces es sumamente raro, por lo que, si la micción inadecuada va acompañada de defecación inadecuada, es poco probable que el problema sea de marcaje (a no ser que el animal presente dos problemas distintos al mismo tiempo).
La limpieza poco frecuente de la bandeja o la utilización para ello de sustancias desodorantes, también puede ser el causante del problema. Aunque parezca poco higiénico los areneros deberían ser limpiados a diario y lavados sólo con agua caliente con cierta frecuencia. La presencia de determinados objetos o ruidos perceptibles o no por nosotros, también pueden hacer que el gato decida orinar o defecar donde debe. Un caso relativamente frecuente se da en gatos en que la bandeja se encuentra en el mismo sitio o próximo a electrodomésticos que de vez en cuando hacen mucho ruido como son el lavaplatos, la secadora o la lavadora.
Tampoco es extraño encontrarnos con gatos que en un momento determinado sintieron dolor al defecar u orinar en un sustrato determinado, y que decidan por ello hacerlo en un lugar diferente.
En el caso de machos no castrados, la solución es la castración, ya que funciona en el 80-90% de los casos. El efecto se suele conseguir de forma inmediata, aunque en casos excepcionales puede tardar meses. Lo que esta demostrado suficientemente es que la edad a la que se produce la castración no influye en este sentido.
En caso de hembras o machos castrados o machos que no se desee castrar se utilizarán tratamientos farmacológicos. Durante mucho tiempo se utilizaron los progestágenos, pero dado que sus efectos secundarios pueden ser graves (cáncer y diabetes), y que los ansiolíticos suelen conseguir el mismo efecto, han quedado en desuso.
Cómo recurso último y habiendo fracasado todas las opciones anteriores, existe la tractotomía olfatoria, que sólo se practicará ante la exigencia del propietario de practicar la eutanasia. Debe quedar claro que ningún veterinario debería ofrecerse a realizarla si no está seguro de que el propietario ha hecho todo lo que se le ha indicado.
De forma ocasional, el gato defeca en lugares inadecuados y muy destacados, probablemente impregnados del olor de una determinada persona. Esta conducta debe considerarse similar al marcaje, y el tratamiento con ansiolíticos debe ser eficaz. Actualmente se piensa que los gatos que marcan mediante una micción o defecación completa los lugares con alta concentración de olor humano (alfombrillas de baño, camas, ropa sucia...), parecen indicar que el gato tiene un conflicto con la persona cuyo olor marca con orina o heces.
El número de bandejas o areneros en una casa, debe ser igual al del número de gatos, más uno. Es obvio que además, serán necesarios varios recipientes con agua y comida.
MARCAJE TERRITORIAL CON LAS UÑAS
Los destrozos que en muchas ocasiones provocan los gatos con las uñas son motivo de consulta frecuente en nuestra clínica. En realidad se trata de una función de marcaje, y el rascado deja tanto una señal visual como olfativa; la señal olfativa es debida a la secreción de las glándulas interdigitales. Dado que se presenta muy tempranamente, no resulta demasiado complicado acostumbrar al gato a hacerlo en lugares adecuados, siempre y cuando le dediquemos tiempo y paciencia.
Los rascadores se colocarán en un principio en los lugares que el gato utiliza para dormir. El material a utilizar puede ser madera, corcho, esparto, tela de la utilizada para fabricar felpudos...La altura debe facilitar al gato alcanzarla con sus extremidades anteriores, mientras se apoya en las posteriores.
Si el gato ya ha adquirido la costumbre de utilizar objetos no deseados como sillas o sofás, será útil colocar rascadores en zonas próximas a donde se encuentran dichos objetos, y llevarle a ellos cuando se le pille in fraganti. En muchas ocasiones una silla o un sofá viejos pueden ser de utilidad, aunque podrán confundir al gato y hacerle pensar que puede utilizar todos los objetos similares que encuentre a su alrededor. Aún así, lo que ocurre con más frecuencia es que una vez que el gato ha escogido un lugar determinado, se afile y marque con las uñas siempre en él.
El gran problema se presenta cuando todas nuestras iniciativas han fracasado, y vosotros, propietarios nos planteáis la extirpación de las uñas o la eutanasia. Yo soy de los veterinarios a los que no les gustan este tipo de prácticas, pero tampoco podemos engañarnos: prefiero a un gato vivo sin uñas, que a un gato eutanasiado por una cuestión de comportamiento.
Estoy convencido de que a pesar de los potentes analgésicos que podemos utilizar, el dolor postquirúrgico es intenso. Serán necesarias muchas curas tras la operación con la colocación de incómodos vendajes que dificultarán la movilidad del gato, y en ocasiones se presentarán infecciones óseas en las zonas de amputación, por lo que antibióterapia será muy importante.
Se debe tener en cuenta ademas, que los gatos utilizan las uñas para pelear con otros gatos. Por tanto, si el animal tiene contacto con otros gatos, y particularmente se trata de un macho entero, la extirpación de las uñas no es una buena opción.
Existen desde hace tiempo unas fundas de goma que se colocan en las uñas y que pueden servir de alternativa. A mi la verdad es que no me convencen en absoluto. Las uñas seguirán su crecimiento natural por lo que será necesario cambiarlas con mucha frecuencia.
Artículo publicado en la revista El Mundo del Gato.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Un artículo muy interesante sobre los diferentes problemas de los gatos.
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