OTITIS DE OIDO EXTERNO EN EL PERRO
OTITIS DE OIDO EXTERNO EN EL PERRO
Publicado por José Enrique Zaldívar Laguía on 1/02/07
Las patologías del oído son muy frecuentes en la clínica diaria. Cuando un perro sacude o se rasca sus orejas con demasiada frecuencia, dar por seguro que tendrá una afección auricular. Diré que el oído se divide en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. A su vez, cada una de estas partes tiene diversas estructuras, que obviare por no complicar la compresión del artículo, en el que me centraré exclusivamente en las inflamaciones que afectan al oído externo.
Lo que si debéis saber es que el conducto auditivo forma parte del oído externo y se extiende desde el orificio externo hasta la membrana timpánica. Por otra parte el pabellón auricular es lo que da forma y conformación a los pabellones auriculares, que serán distintos en función de la raza del perro. Podrán ser pequeños y erguidos como en los West Higland, o largos y pendulantes como en el Basset Hound.
Podemos decir que la otitis es una consecuencia de la interferencia del hombre en la evolución natural del perro. Cuando estos animales pasaron a formar parte de nuestras vidas, la morfología de los rasgos anatómicos tomó un papel importante, bajo la mirada satisfecha del ojo humano. Las razas se perfeccionaron en base a su apariencia física, como por ejemplo, el aspecto llamativo de la piel, el abrigo del pelo, la forma de la cabeza, incluyendo el pabellón auricular etc. Una de las consecuencias de esta interferencia ha sido la aparición de rasgos predisponentes a afecciones auriculares en 1 de cada 5 pacientes que atendemos en nuestras clínicas veterinarias.
La inspección completa del oído puede resultar unas veces sencilla y otras realmente complicada. Mi experiencia clínica me dice que todo dependerá de la capacidad de aguante y del carácter del perro, más que de lo doloroso que sea el proceso que padece. Yo por ejemplo he podido sacar espigas muy próximas al tímpano sin tranquilización o anestesia, y sin embargo en otros casos, me ha costado mucho introducir un otoscopio en el oído de algunos perros que no padecían ninguna patología en este órgano. En función del comportamiento del perro y del grado de dolor decidiremos si es o no necesaria la sedación.
La otitis externa se define como la inflamación del conducto auditivo externo. La aparición como he comentado de prurito auricular, que se acompaña de sacudidas de la cabeza y rascado del oído, deben hacernos sospechar de su presencia. Se calcula que la otitis externa afecta al 5-20% de la población canina. Las causas son numerosas y muchas de ellas están implicadas en los casos de evolución crónica.
En el cuadro adjunto podéis ver las causas primarias de la otitis de oído externo.. La presencia en el interior del oído externo de exudados de color marrón, negruzco, verdoso o amarillento implican siempre la presencia de una inflamación. Otro dato importante a tener en cuenta en presencia de una otitis es el mal olor que despedirá el oído de vuestro perro.
A los veterinarios nos resulta dificil en muchas ocasiones haceros entender que la otitis externa, no es un proceso primario como tal, sino que en muchas ocasiones viene derivado por otro tipo de problemas. Este dato es muy importante, dado qué en estos casos, el tratamiento con unas gotas aplicadas directamente en el oído, curaran temporalmente los síntomas, pero no será suficiente si detrás hay por ejemplo una alergia. La otitis externa nos interesa desde el punto de vista dermatológico, aunque tanto en su diagnóstico como en su tratamiento no la podemos separar de la otitis media, a la que muchas veces va asociada.
Existen una serie de factores predisponentes a las otitis como son: razas de orejas caídas, estrechez del conducto, exceso de humedad (por el clima o perros que nadan), presencia de pelos en el canal auricular, tendencia a las seborreas o cuidados inapropiados.
UN PACIENTE QUE PRESENTA PROBLEMAS ÓTICOS SE CONSIDERA UN CASO DERMATOLÓGICO HASTA QUE NO SE DEMUESTRE LO CONTRARIO.
Los factores primarios son capaces de iniciar el proceso inflamatorio sobre un oído normal. Entre otros, son especialmente importantes los ácaros auditivos, la atopia, la hipersensibilidad alimentaría y los trastornos de la queratinización.
Es importante que sepáis que la atopia que afecta al 10% de la población canina, es la causa más frecuente de otitis; de hecho, en ocasiones es el único síntoma perceptible.
Los otodectes cynotis (ácaros auditivos), son los responsables del 5-10% de las otitis del perro. Provocan, debido a su gran movilidad otitis bilaterales. Estos ácaros se alimentan de linfa y sangre y producen irritación. Cuando colonizan el oído externo, éste se llena de una secreción muy característica en forma de poso de café. Normalmente los ácaros son visibles al microscopio e incluso a simple vista (como unos diminutos puntos blancos dotados de movimiento). Suelen provocar otitis muy pruriginosas. Es importante señalar que pueden ser los responsables de iniciar la otitis y, posteriormente, con la variación del medio por aparición de levaduras o bacterias, retirarse del oído. En muchas ocasiones provocan fenómenos de hipersensibilidad. En casos de otitis externa crónica donde no se encuentra la causa primaria se aconseja tratar frente a Otodectes, aunque no se demuestre su existencia.
Actualmente existen tratamientos sumamente efectivos para acabar con este ácaro cuando lo localizamos dentro del oído, aunque resulta mucho más difícil erradicarlos de las perreras. Una complicación frecuente es encontrar otitis mixtas, es decir, qué además de los ácaros, habrá bacterias o levaduras que harán más difícil el tratamiento. Los tratamientos más efectivos incluyen el uso de selamactina, fipronyl y de ivermectinas ( producto muy útil, pero no autorizado para su uso en perros). Será el veterinario quién establezca las pautas de utilización y la dosis de estos medicamentos.
La atopia, la hipersensibilidad alimentaria y las alergias de contacto son causas de otitis externa. El eritema del pabellón auricular y del canal vertical son características de este tipo de otitis. Frecuentemente aparecen infecciones bacterianas y fúngicas secundarias. Por desgracia, las lesiones óticas causadas por hipersensibilidad alimentaria son indistinguibles de aquellas secundarías a un proceso atopico. La hipersensibilidad de contacto, sin embargo, es generalmente inducida por la administración de medicamentos.
La otitis seborreica, tanto la primaria como la secundaria, se presenta clínicamente como una otitis externa crónica ceruminosa. Por tanto, no es posible distinguir la causa mediante la simple observación de una otitis externa de este tipo. Por ejemplo podemos observar lesiones crónicas similares en pacientes con endocrinopatías y en pacientes con hipersensibilidad.
Los cuerpos extraños, aristas de plantas o fragmentos de hojas pueden ser la causa de otitis externas, en especial cuando en primavera y verano, los perros acuden a parques o al campo. La mayoría de los casos son unilaterales y de aparición aguda. El perro, en un momento determinado chillará sin razón aparente y ladeará la cabeza hacia el lado del oído por el qué entró la espiga o el cuerpo extraño. Como consecuencia se presentará un proceso inflamatorio e infecciones secundarias. El tratamiento evidentemente consistirá en la extracción y aplicación del tratamiento adecuado. Se trata de una urgencia clínica.
Existen además factores perpetuantes, que no inducen la aparición de la otitis, pero que impiden su curación. Podemos nombrar entre ellos las bacterias y las levaduras. Las primeras se encuentran en pequeña cantidad colonizando, de manera normal, los conductos auditivos de los perros. En presencia de una otitis externa, las bacterias oportunistas proliferarán provocando cambios patológicos. Entre las bacterias culpables de las infecciones del oído se encuentran Staphylococcus epidermis, Staphylococcus intermedius y micrococcus spp. Cuando tras el uso de numerosos productos tópicos para el tratamiento de la otitis observamos que el cuadro no mejora, será muy probable la presencia de otras bacterias más patógenas como son Pseudomonas aeruginosa- culpables de una de las otitis más difíciles de tratar-, Proteus spp. y E. coli.
Las levaduras contribuyen con frecuencia a la aparición de otitis externas. La presencia de otro germen y una bajada de defensas en el organismo, harán que estos microorganismos proliferen y empeoren la otitis. La levadura presente en éste tipo de infecciones del oído se conoce con el nombre de Malassezia pachydermatis y en menor medida la candida albicans.
Cuando nos encontramos con una otitis que tras dos semanas de tratamiento no ha cedido, será necesario realizar diversas pruebas para llegar a un diagnóstico más exacto y establecer un tratamiento más efectivo. Estas pruebas incluyen la realización de un cultivo y un antibiograma para hongos y bacterias sobre una muestra de exudado ótico, y si fuera necesario, someter al perro a pruebas similares a las que utilizamos cuando sospechamos de atopia o de hipersensibilidad alimentaria. Un problema con el que nos solemos encontrar es que en un 20% de los casos los cultivos son estériles. Por este motivo algunos autores recomiendan la realización de citologias para, identificar los gérmenes mediante tinción. Ante una otitis crónica externa/media puede ser necesaria la realización de una radiográfia para ver el alcance de calcificación del conducto auditivo externo.
La limpieza minuciosa de los conductos auriculares es de gran importancia para el control eficaz de la otitis externa. El pus y los detritus inflamatorios pueden inactivar algunas medicaciones. El método para limpiar el canal auditivo depende del material que deba ser extraído. Si se trata de extraer un líquido bastará con unas torundas de algodón o unas toallitas limpiadoras específicas para uso en perros.. Si el exudado es demasiado espeso o ha provocado la formación de costras epiteliales será de gran utilidad el uso de agentes ceruminolíticos, que se encuentran presentes en muchos de los preparados comerciales de que disponemos en el canal veterinario. Entre ellos, son de gran utilidad los ceruminolíticos que contienen peroxido, propilenglicol, glicerina y aceites minerales. Otros limpiadores frecuentemente utilizados contienen ácido láctico, ácido borico y ácido salicílico. Debemos eso sí, tener cuidado con su uso en caso de rotura de la membrana timpánica. Es importante por tanto, que no sean usados mientras el veterinario no establezca la integridad de dicha membrana. Hasta ese momento se podrá proceder a la limpieza con suero fisiológico o con agua. Una vez limpiado y secado el oído se podrán aplicar los productos farmacológicos adecuados si es que es necesario. Entre los productos que utilizamos con frecuencia, se encuentran las gotas óticas que suelen contener combinaciones de antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios y corticoesteroides. Podemos además utilizar medicaciones por vía oral o vía parenteral si es que lo consideramos necesario. Es de suma importancia prolongar el tratamiento hasta una semana después de haber conseguido la curación clínica.
Por otro lado creo importante que sepáis que muchas enfermedades pueden minimizarse e incluso prevenirse, si fueseis debidamente informados de los factores predisponentes al padecimiento de una otitis externa. La detección temprana evita, asimismo, un dolor innecesario y la pérdida de audición, y ayuda a disminuir la presencia de trastornos refractarios crónicos. Es importante que entendáis que vuestra relación con el perro puede dejarse sentir en las afecciones óticas. El cuidado del oído normal varía considerablemente entre animales. Por ello, no son raras las afecciones óticas ocasionadas por propietarios demasiado celosos o por los que han sido demasiado descuidados.
CUADRO:
CAUSAS PRIMARIAS DELA OTITIS EXTERNA
-Cuerpos extraños: Plantas, pelo, arena, suciedad, secreciones endurecidas.
-Parásitos: Otodectes cynotis, Demodex cati, Sarcoptes scabiei, Notoedres cati, pulgas, garrapatas, moscas.
-Microorganismos: Bacterias y levaduras.
-Enfermedades virales: Moquillo.
-Enfermedades autoinmunes: Lupus eritematoso, Pénfigo.
-Hipersensibilidad: Atopia, hipersensibilidad alimentaria, hipersensibilidad alérgica de contacto, reacciones farmacológicas.
-Desordenes de queratinización: Seborrea idiopática primaria, desequilibrio hormonal sexual, hipotiroidismo.
-Desordenes glandulares: Hiperplasia de la glándula ceruminal, hiper/hiplosasia de la glándula sebácea, alteración del tipo de secreción.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Paseo Santa María dela Cabeza 68 A.
28045-Madrid.
Artículo publicado por J.E.Zaldívar en la revista El Mundo del Perro.
Publicado por José Enrique Zaldívar Laguía on 1/02/07
Las patologías del oído son muy frecuentes en la clínica diaria. Cuando un perro sacude o se rasca sus orejas con demasiada frecuencia, dar por seguro que tendrá una afección auricular. Diré que el oído se divide en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. A su vez, cada una de estas partes tiene diversas estructuras, que obviare por no complicar la compresión del artículo, en el que me centraré exclusivamente en las inflamaciones que afectan al oído externo.
Lo que si debéis saber es que el conducto auditivo forma parte del oído externo y se extiende desde el orificio externo hasta la membrana timpánica. Por otra parte el pabellón auricular es lo que da forma y conformación a los pabellones auriculares, que serán distintos en función de la raza del perro. Podrán ser pequeños y erguidos como en los West Higland, o largos y pendulantes como en el Basset Hound.
Podemos decir que la otitis es una consecuencia de la interferencia del hombre en la evolución natural del perro. Cuando estos animales pasaron a formar parte de nuestras vidas, la morfología de los rasgos anatómicos tomó un papel importante, bajo la mirada satisfecha del ojo humano. Las razas se perfeccionaron en base a su apariencia física, como por ejemplo, el aspecto llamativo de la piel, el abrigo del pelo, la forma de la cabeza, incluyendo el pabellón auricular etc. Una de las consecuencias de esta interferencia ha sido la aparición de rasgos predisponentes a afecciones auriculares en 1 de cada 5 pacientes que atendemos en nuestras clínicas veterinarias.
La inspección completa del oído puede resultar unas veces sencilla y otras realmente complicada. Mi experiencia clínica me dice que todo dependerá de la capacidad de aguante y del carácter del perro, más que de lo doloroso que sea el proceso que padece. Yo por ejemplo he podido sacar espigas muy próximas al tímpano sin tranquilización o anestesia, y sin embargo en otros casos, me ha costado mucho introducir un otoscopio en el oído de algunos perros que no padecían ninguna patología en este órgano. En función del comportamiento del perro y del grado de dolor decidiremos si es o no necesaria la sedación.
La otitis externa se define como la inflamación del conducto auditivo externo. La aparición como he comentado de prurito auricular, que se acompaña de sacudidas de la cabeza y rascado del oído, deben hacernos sospechar de su presencia. Se calcula que la otitis externa afecta al 5-20% de la población canina. Las causas son numerosas y muchas de ellas están implicadas en los casos de evolución crónica.
En el cuadro adjunto podéis ver las causas primarias de la otitis de oído externo.. La presencia en el interior del oído externo de exudados de color marrón, negruzco, verdoso o amarillento implican siempre la presencia de una inflamación. Otro dato importante a tener en cuenta en presencia de una otitis es el mal olor que despedirá el oído de vuestro perro.
A los veterinarios nos resulta dificil en muchas ocasiones haceros entender que la otitis externa, no es un proceso primario como tal, sino que en muchas ocasiones viene derivado por otro tipo de problemas. Este dato es muy importante, dado qué en estos casos, el tratamiento con unas gotas aplicadas directamente en el oído, curaran temporalmente los síntomas, pero no será suficiente si detrás hay por ejemplo una alergia. La otitis externa nos interesa desde el punto de vista dermatológico, aunque tanto en su diagnóstico como en su tratamiento no la podemos separar de la otitis media, a la que muchas veces va asociada.
Existen una serie de factores predisponentes a las otitis como son: razas de orejas caídas, estrechez del conducto, exceso de humedad (por el clima o perros que nadan), presencia de pelos en el canal auricular, tendencia a las seborreas o cuidados inapropiados.
UN PACIENTE QUE PRESENTA PROBLEMAS ÓTICOS SE CONSIDERA UN CASO DERMATOLÓGICO HASTA QUE NO SE DEMUESTRE LO CONTRARIO.
Los factores primarios son capaces de iniciar el proceso inflamatorio sobre un oído normal. Entre otros, son especialmente importantes los ácaros auditivos, la atopia, la hipersensibilidad alimentaría y los trastornos de la queratinización.
Es importante que sepáis que la atopia que afecta al 10% de la población canina, es la causa más frecuente de otitis; de hecho, en ocasiones es el único síntoma perceptible.
Los otodectes cynotis (ácaros auditivos), son los responsables del 5-10% de las otitis del perro. Provocan, debido a su gran movilidad otitis bilaterales. Estos ácaros se alimentan de linfa y sangre y producen irritación. Cuando colonizan el oído externo, éste se llena de una secreción muy característica en forma de poso de café. Normalmente los ácaros son visibles al microscopio e incluso a simple vista (como unos diminutos puntos blancos dotados de movimiento). Suelen provocar otitis muy pruriginosas. Es importante señalar que pueden ser los responsables de iniciar la otitis y, posteriormente, con la variación del medio por aparición de levaduras o bacterias, retirarse del oído. En muchas ocasiones provocan fenómenos de hipersensibilidad. En casos de otitis externa crónica donde no se encuentra la causa primaria se aconseja tratar frente a Otodectes, aunque no se demuestre su existencia.
Actualmente existen tratamientos sumamente efectivos para acabar con este ácaro cuando lo localizamos dentro del oído, aunque resulta mucho más difícil erradicarlos de las perreras. Una complicación frecuente es encontrar otitis mixtas, es decir, qué además de los ácaros, habrá bacterias o levaduras que harán más difícil el tratamiento. Los tratamientos más efectivos incluyen el uso de selamactina, fipronyl y de ivermectinas ( producto muy útil, pero no autorizado para su uso en perros). Será el veterinario quién establezca las pautas de utilización y la dosis de estos medicamentos.
La atopia, la hipersensibilidad alimentaria y las alergias de contacto son causas de otitis externa. El eritema del pabellón auricular y del canal vertical son características de este tipo de otitis. Frecuentemente aparecen infecciones bacterianas y fúngicas secundarias. Por desgracia, las lesiones óticas causadas por hipersensibilidad alimentaria son indistinguibles de aquellas secundarías a un proceso atopico. La hipersensibilidad de contacto, sin embargo, es generalmente inducida por la administración de medicamentos.
La otitis seborreica, tanto la primaria como la secundaria, se presenta clínicamente como una otitis externa crónica ceruminosa. Por tanto, no es posible distinguir la causa mediante la simple observación de una otitis externa de este tipo. Por ejemplo podemos observar lesiones crónicas similares en pacientes con endocrinopatías y en pacientes con hipersensibilidad.
Los cuerpos extraños, aristas de plantas o fragmentos de hojas pueden ser la causa de otitis externas, en especial cuando en primavera y verano, los perros acuden a parques o al campo. La mayoría de los casos son unilaterales y de aparición aguda. El perro, en un momento determinado chillará sin razón aparente y ladeará la cabeza hacia el lado del oído por el qué entró la espiga o el cuerpo extraño. Como consecuencia se presentará un proceso inflamatorio e infecciones secundarias. El tratamiento evidentemente consistirá en la extracción y aplicación del tratamiento adecuado. Se trata de una urgencia clínica.
Existen además factores perpetuantes, que no inducen la aparición de la otitis, pero que impiden su curación. Podemos nombrar entre ellos las bacterias y las levaduras. Las primeras se encuentran en pequeña cantidad colonizando, de manera normal, los conductos auditivos de los perros. En presencia de una otitis externa, las bacterias oportunistas proliferarán provocando cambios patológicos. Entre las bacterias culpables de las infecciones del oído se encuentran Staphylococcus epidermis, Staphylococcus intermedius y micrococcus spp. Cuando tras el uso de numerosos productos tópicos para el tratamiento de la otitis observamos que el cuadro no mejora, será muy probable la presencia de otras bacterias más patógenas como son Pseudomonas aeruginosa- culpables de una de las otitis más difíciles de tratar-, Proteus spp. y E. coli.
Las levaduras contribuyen con frecuencia a la aparición de otitis externas. La presencia de otro germen y una bajada de defensas en el organismo, harán que estos microorganismos proliferen y empeoren la otitis. La levadura presente en éste tipo de infecciones del oído se conoce con el nombre de Malassezia pachydermatis y en menor medida la candida albicans.
Cuando nos encontramos con una otitis que tras dos semanas de tratamiento no ha cedido, será necesario realizar diversas pruebas para llegar a un diagnóstico más exacto y establecer un tratamiento más efectivo. Estas pruebas incluyen la realización de un cultivo y un antibiograma para hongos y bacterias sobre una muestra de exudado ótico, y si fuera necesario, someter al perro a pruebas similares a las que utilizamos cuando sospechamos de atopia o de hipersensibilidad alimentaria. Un problema con el que nos solemos encontrar es que en un 20% de los casos los cultivos son estériles. Por este motivo algunos autores recomiendan la realización de citologias para, identificar los gérmenes mediante tinción. Ante una otitis crónica externa/media puede ser necesaria la realización de una radiográfia para ver el alcance de calcificación del conducto auditivo externo.
La limpieza minuciosa de los conductos auriculares es de gran importancia para el control eficaz de la otitis externa. El pus y los detritus inflamatorios pueden inactivar algunas medicaciones. El método para limpiar el canal auditivo depende del material que deba ser extraído. Si se trata de extraer un líquido bastará con unas torundas de algodón o unas toallitas limpiadoras específicas para uso en perros.. Si el exudado es demasiado espeso o ha provocado la formación de costras epiteliales será de gran utilidad el uso de agentes ceruminolíticos, que se encuentran presentes en muchos de los preparados comerciales de que disponemos en el canal veterinario. Entre ellos, son de gran utilidad los ceruminolíticos que contienen peroxido, propilenglicol, glicerina y aceites minerales. Otros limpiadores frecuentemente utilizados contienen ácido láctico, ácido borico y ácido salicílico. Debemos eso sí, tener cuidado con su uso en caso de rotura de la membrana timpánica. Es importante por tanto, que no sean usados mientras el veterinario no establezca la integridad de dicha membrana. Hasta ese momento se podrá proceder a la limpieza con suero fisiológico o con agua. Una vez limpiado y secado el oído se podrán aplicar los productos farmacológicos adecuados si es que es necesario. Entre los productos que utilizamos con frecuencia, se encuentran las gotas óticas que suelen contener combinaciones de antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios y corticoesteroides. Podemos además utilizar medicaciones por vía oral o vía parenteral si es que lo consideramos necesario. Es de suma importancia prolongar el tratamiento hasta una semana después de haber conseguido la curación clínica.
Por otro lado creo importante que sepáis que muchas enfermedades pueden minimizarse e incluso prevenirse, si fueseis debidamente informados de los factores predisponentes al padecimiento de una otitis externa. La detección temprana evita, asimismo, un dolor innecesario y la pérdida de audición, y ayuda a disminuir la presencia de trastornos refractarios crónicos. Es importante que entendáis que vuestra relación con el perro puede dejarse sentir en las afecciones óticas. El cuidado del oído normal varía considerablemente entre animales. Por ello, no son raras las afecciones óticas ocasionadas por propietarios demasiado celosos o por los que han sido demasiado descuidados.
CUADRO:
CAUSAS PRIMARIAS DELA OTITIS EXTERNA
-Cuerpos extraños: Plantas, pelo, arena, suciedad, secreciones endurecidas.
-Parásitos: Otodectes cynotis, Demodex cati, Sarcoptes scabiei, Notoedres cati, pulgas, garrapatas, moscas.
-Microorganismos: Bacterias y levaduras.
-Enfermedades virales: Moquillo.
-Enfermedades autoinmunes: Lupus eritematoso, Pénfigo.
-Hipersensibilidad: Atopia, hipersensibilidad alimentaria, hipersensibilidad alérgica de contacto, reacciones farmacológicas.
-Desordenes de queratinización: Seborrea idiopática primaria, desequilibrio hormonal sexual, hipotiroidismo.
-Desordenes glandulares: Hiperplasia de la glándula ceruminal, hiper/hiplosasia de la glándula sebácea, alteración del tipo de secreción.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Paseo Santa María dela Cabeza 68 A.
28045-Madrid.
Artículo publicado por J.E.Zaldívar en la revista El Mundo del Perro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar comentarios relacionados con el contenido de este blog, pero no podrás hacer publicidad de productos o empresas.