COMPLICACIONES DE LA DIABETES MELLITUS EN EL PERRO
COMPLICACIONES DE LA DIABETES MELLITUS
Publicado por José Enrique Zaldívar Laguía on 2/02/07
Muchos de vosotros, conocéis personas diabéticas
que a lo largo de su
enfermedad soportan algunas
de estas complicaciones. Pues bien,
debéis saber que dichas complicaciones,
a veces devastadoras, aparecen en el
ser humano quince o veinte años después
de ser diagnosticados. De hecho,
el principal factor de riesgo común a estas
complicaciones en la población humana
es la duración de la diabetes y su
prolongación en el tiempo. Dado que un
perro diabético no suele vivir más de
cinco después de ser diagnosticado, la
aparición de las complicaciones que voy
a describir es menos frecuente que en la
especie humana, pero aun así debemos
tenerlas muy presentes. A su vez, cuanto
más nos cueste controlar la hiperglucemia,
más posibilidades habrá de que éstas
aparezcan.
NEFROPATÍA DIABÉTICA
Entre un 40-50 por ciento de los diabéticos
humanos insulinodependientes
desarrollará una nefropatía y dos tercios
de éstos insuficiencia renal. Este síndrome,
sin embargo, es bastante menos frecuente
en pacientes veterinarios. La explicación,
la misma que la expuesta en
la introducción, la diferencia abismal de
longevidad posdiagnóstico. En algunos
perros han sido diagnosticadas alteraciones
del glomérulo renal. Al principio
la filtración glomerular está alimentada
por incremento tanto del flujo sanguíneo
a nivel del glomérulo renal como de la
presión intracapilar. A medida que el
proceso progresa, disminuye la filtración
renal como consecuencia de la presentación
de hipertensión.
Existe correlación entre retinopatía y
nefropatía hasta el punto de que si hay
alteración renal y no hay alteración ocular
debemos pensar que la primera no
es debida a la diabetes.
Un buen control de la hiperglucemia
supondrá la reducción de posibilidades
de presentación de esta complicación y
un tratamiento con antihipertensores retrasará
notablemente el fatal desenlace.
NEUROPATÍA DIABÉTICA
Es junto con la catarata la complicación
más frecuente. Se presenta en forma
de una polineuropatía simétrica que
afecta primariamente a las extremidades
posteriores. Se presenta atrofia muscular,
reflejos deprimidos en el tren posterior y
déficits en pruebas de reacción postural.
La propiocepción estará disminuida. En
casos graves el problema se extenderá a
las extremidades anteriores dando lugar
a tetraparesia. Se han descrito neuropatías
subclínicas en perros diabéticos. Estos
animales se muestran normales a las
exploraciones neurológicas, aunque los
estudios electrofisiológicos indican desnervación
que afecta fundamentalmente
al nervio ciático y al nervio radial.
La causa de la degeneración de células
nerviosas sería debida a alteraciones
vasculares y metabólicas.
Concluyo esta primera trilogía de complicaciones
(catarata y retinopatía-nefropatía-
neuropatía) diciendo que son poco
frecuentes en el perro, excepto la prime-
ra, pero que —muy importante— dado
que en medicina veterinaria se avanza en
el tratamiento de esta enfermedad y que,
por tanto, el animal diabético vive más
tiempo, es posible que las complicaciones
tardías de la diabetes pasen a ser más
frecuentes. De hecho, recientemente he
atendido en nuestra clínica
una perra mestiza de quince
años con diabetes desde hace
seis. Quedó ciega poco después
de ser diagnosticada y
operada con éxito —aunque
actualmente está ciega de nuevo—.
Hoy día presenta neuropatía,
con déficit neurológico
posterior y estreñimiento. Este
caso ilustra claramente lo expuesto
anteriormente.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
En los pacientes diabéticos
parecen ser más corrientes
varias afecciones infecciosas
y son frecuentes algunas de aparición
inusual, incluso las hay casi exclusivas
de este tipo de enfermos. Al parecer
los neutrófilos (los glóbulos blancos de
los que depende la defensa del organismo)
del diabético exhiben un metabolismo
anómalo que dificulta sus funciones.
Su poder bactericida disminuye
cuando los niveles de glucosa no están
bien controlados.
INFECCIONES URINARIAS
La prevalencia de infecciones urinarias
en diabéticos es fuente de controversia.
La bacteriuria (presencia de bacterias
en orina) es más frecuente en
hembras diabéticas que en las que no
los son. No se sabe a ciencia cierta si
esta alteración debe ser tratada con antibióticos
o no, de modo que hay partidarios
y detractores. Yo me alineo con el
primer grupo, para evitar complicaciones
infecciosas que pudieran afectar a
las vías urinarias superiores y en especial
al riñón (pielonefritis), así como para
evitar resistencias a la insulina o la
aparición de cetoacidosis diabética.
INFECCIONES
RESPIRATORIAS
Algunos autores
afirman que las
neumonías son
más frecuentes en
pacientes diabéticos, a lo que colaboraría
la mayor presencia de bacterias
en la orofaringe y una motilidad esofágica
deficiente que aumentaría el riesgo
de aspiración de alimentos y su posible
entrada en el árbol respiratorio. A
pesar de todo esto, podemos considerar
que la incidencia de este tipo de infecciones
en perros diabéticos es insignificante.
INFECCIONES CUTÁNEAS
Las infecciones de piel, sobre todo las
provocadas por estafilococos, son las
más habituales en diabéticos. Estas infecciones
incluyen las frecuentes otitis
externas.
La posibilidad de aparición de infecciones
insólitas debe tenerse en cuenta
en todos los perros con esta enfermedad,
por lo que los veterinarios deberemos
estar pendientes de su presentación.
En todos los casos un control estricto
de la glucemia será el denominador común
para un tratamiento eficaz.
Para concluir esta amplia revisión de
la diabetes mellitus, que con este artículo
queda completada, me hago eco de lo
escrito por la doctora Deborah S. Greco:
«Como veterinarios deberíamos reconocer
nuestra gran deuda con los animales
empleados en la investigación de
la diabetes. Ésta ha resultado en maravillas
tales como el desarrollo de la insulinoterapia,
bombas de insulina, trasplantes
pancreáticos e hipoglucemiantes
orales.
COMPLICACIONES GASTROINTESTINALES:
En medicina humana son muchas las
complicaciones gastrointestinales, hasta
un 76 por ciento de los diabéticos las
sufren, abarcando todo el tracto digestivo,
desde la cavidad oral hasta el recto. Se
han descrito en humanos varias afecciones
de la cavidad oral, como la sialosis
(hipertrofia de glándulas salivares), la
serostomía (sensación subjetiva de
sequedad oral) y el síndrome de la boca
ardiente.
Las afecciones gingivales y periodontales
también son frecuentes.
En veterinaria no podemos decir de forma
concluyente que las afecciones orales
sean más corrientes en perros
diabéticos. Dado que las alteraciones
periodontales y las estomatitis son más
frecuentes en perros mayores, es
importante someter a todos los pacientes
diabéticos a una exploración oral
detallada, a fin de eliminar la enfermedad
oral como posible causa de anorexia y
dificultad para tragar.
En el 50 por ciento de los casos los
diabéticos humanos presentan anomalías
esofágicas, siendo la más corriente el
reflujo gastroesofágico. Esto viene
derivado de anomalías neuronales.
A nivel gástrico han sido descritas
la gastroparesia diabética y varias
formas de gastritis. La función gástrica
normal es muy importante para el
equilibrio de la glucosa, por lo que una
motilidad gastrointestinal anómala
puede afectar significativamente el
control de la
glucemia. En estos
pacientes es
frecuente el retraso
en el vaciado del
estómago.
En relación con el
intestino pueden
aparecer diarreas, estreñimiento,
incontinencia fecal, dilatación de colon y
pseudoobstrucción. Es más habitual el
estreñimiento que la diarrea,
probablemente provocado por un problema
neurológico.
Cerca de un 38 por ciento de perros
diabéticos pueden presentar uno o varios
de estos trastornos descritos que deben
ser tratados de forma adecuada.
Los trastornos hepáticos pueden ser
frecuentes en los perros diabéticos, siendo
el hígado graso el hallazgo más frecuente,
habiéndose detectado también estados
precirróticos.
Existe una creencia bastante extendida de
que la pancreatitis crónica a menudo
resulta en diabetes mellitus, por
destrucción de las células de los islotes
pancreáticos. La incidencia de alteraciones
del páncreas en pacientes diabéticos no ha
quedado clara, aunque sí es cierto que
cuando hay diarrea, hay esteatorrea (grasa
en heces), muy típico del mal
funcionamiento pancreático. Aun así,
podemos concluir que la coexistencia de
pancreatitis y diabetes en el perro es
sumamente rara.
Cataratas
La incidencia de cataratas en el perro diabético es muy alta (68 por ciento) y es la
complicación a largo plazo más frecuente. Se produce por la entrada de glucosa en el
cristalino a partir del humor acuoso del globo ocular. Es un proceso irreversible que se
puede presentar en cuestión de días o meses.
Esta ceguera puede corregirse al extirpar el cristalino afectado y la visión se recupera
hasta en un 85 por ciento de los casos. A vosotros,
propietarios, os suele preocupar la rapidez con que progresan
algunas cataratas hacia la ceguera. A veces, vuestra primera
consulta se refiere a la pérdida de visión y no a los signos
clínicos habituales, por ejemplo, polidipsia y poliuria.
El éxito de la cirugía dependerá de la existencia o no de
retinopatía, por lo que antes de operar se debe realizar un
profundo examen ocular que debe incluir una
electrorretinografía. Debemos asegurarnos, además, de que no
exista una uveítis, que deberá ser tratada antes de la
intervención.
La cirugía de cataratas debe quedar reservada para perros
ciegos de ambos ojos o que pronto perderán la visión y se
practica cuando las cataratas están maduras o casi maduras.
La recuperación de la visión suele ser rápida si la cirugía tiene
éxito.
Dado que la retinopatía es consecuencia de la hiperglucemia,
un buen control de ésta minimiza los riesgos de aparición de
esta complicación.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores. Paseo Santa María de la Cabeza 68 A.
28045-Madrid.
Artículo publicado por José Enrique Zaldívar en la revista El Mundo del Perro.
Publicado por José Enrique Zaldívar Laguía on 2/02/07
Muchos de vosotros, conocéis personas diabéticas
que a lo largo de su
enfermedad soportan algunas
de estas complicaciones. Pues bien,
debéis saber que dichas complicaciones,
a veces devastadoras, aparecen en el
ser humano quince o veinte años después
de ser diagnosticados. De hecho,
el principal factor de riesgo común a estas
complicaciones en la población humana
es la duración de la diabetes y su
prolongación en el tiempo. Dado que un
perro diabético no suele vivir más de
cinco después de ser diagnosticado, la
aparición de las complicaciones que voy
a describir es menos frecuente que en la
especie humana, pero aun así debemos
tenerlas muy presentes. A su vez, cuanto
más nos cueste controlar la hiperglucemia,
más posibilidades habrá de que éstas
aparezcan.
NEFROPATÍA DIABÉTICA
Entre un 40-50 por ciento de los diabéticos
humanos insulinodependientes
desarrollará una nefropatía y dos tercios
de éstos insuficiencia renal. Este síndrome,
sin embargo, es bastante menos frecuente
en pacientes veterinarios. La explicación,
la misma que la expuesta en
la introducción, la diferencia abismal de
longevidad posdiagnóstico. En algunos
perros han sido diagnosticadas alteraciones
del glomérulo renal. Al principio
la filtración glomerular está alimentada
por incremento tanto del flujo sanguíneo
a nivel del glomérulo renal como de la
presión intracapilar. A medida que el
proceso progresa, disminuye la filtración
renal como consecuencia de la presentación
de hipertensión.
Existe correlación entre retinopatía y
nefropatía hasta el punto de que si hay
alteración renal y no hay alteración ocular
debemos pensar que la primera no
es debida a la diabetes.
Un buen control de la hiperglucemia
supondrá la reducción de posibilidades
de presentación de esta complicación y
un tratamiento con antihipertensores retrasará
notablemente el fatal desenlace.
NEUROPATÍA DIABÉTICA
Es junto con la catarata la complicación
más frecuente. Se presenta en forma
de una polineuropatía simétrica que
afecta primariamente a las extremidades
posteriores. Se presenta atrofia muscular,
reflejos deprimidos en el tren posterior y
déficits en pruebas de reacción postural.
La propiocepción estará disminuida. En
casos graves el problema se extenderá a
las extremidades anteriores dando lugar
a tetraparesia. Se han descrito neuropatías
subclínicas en perros diabéticos. Estos
animales se muestran normales a las
exploraciones neurológicas, aunque los
estudios electrofisiológicos indican desnervación
que afecta fundamentalmente
al nervio ciático y al nervio radial.
La causa de la degeneración de células
nerviosas sería debida a alteraciones
vasculares y metabólicas.
Concluyo esta primera trilogía de complicaciones
(catarata y retinopatía-nefropatía-
neuropatía) diciendo que son poco
frecuentes en el perro, excepto la prime-
ra, pero que —muy importante— dado
que en medicina veterinaria se avanza en
el tratamiento de esta enfermedad y que,
por tanto, el animal diabético vive más
tiempo, es posible que las complicaciones
tardías de la diabetes pasen a ser más
frecuentes. De hecho, recientemente he
atendido en nuestra clínica
una perra mestiza de quince
años con diabetes desde hace
seis. Quedó ciega poco después
de ser diagnosticada y
operada con éxito —aunque
actualmente está ciega de nuevo—.
Hoy día presenta neuropatía,
con déficit neurológico
posterior y estreñimiento. Este
caso ilustra claramente lo expuesto
anteriormente.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
En los pacientes diabéticos
parecen ser más corrientes
varias afecciones infecciosas
y son frecuentes algunas de aparición
inusual, incluso las hay casi exclusivas
de este tipo de enfermos. Al parecer
los neutrófilos (los glóbulos blancos de
los que depende la defensa del organismo)
del diabético exhiben un metabolismo
anómalo que dificulta sus funciones.
Su poder bactericida disminuye
cuando los niveles de glucosa no están
bien controlados.
INFECCIONES URINARIAS
La prevalencia de infecciones urinarias
en diabéticos es fuente de controversia.
La bacteriuria (presencia de bacterias
en orina) es más frecuente en
hembras diabéticas que en las que no
los son. No se sabe a ciencia cierta si
esta alteración debe ser tratada con antibióticos
o no, de modo que hay partidarios
y detractores. Yo me alineo con el
primer grupo, para evitar complicaciones
infecciosas que pudieran afectar a
las vías urinarias superiores y en especial
al riñón (pielonefritis), así como para
evitar resistencias a la insulina o la
aparición de cetoacidosis diabética.
INFECCIONES
RESPIRATORIAS
Algunos autores
afirman que las
neumonías son
más frecuentes en
pacientes diabéticos, a lo que colaboraría
la mayor presencia de bacterias
en la orofaringe y una motilidad esofágica
deficiente que aumentaría el riesgo
de aspiración de alimentos y su posible
entrada en el árbol respiratorio. A
pesar de todo esto, podemos considerar
que la incidencia de este tipo de infecciones
en perros diabéticos es insignificante.
INFECCIONES CUTÁNEAS
Las infecciones de piel, sobre todo las
provocadas por estafilococos, son las
más habituales en diabéticos. Estas infecciones
incluyen las frecuentes otitis
externas.
La posibilidad de aparición de infecciones
insólitas debe tenerse en cuenta
en todos los perros con esta enfermedad,
por lo que los veterinarios deberemos
estar pendientes de su presentación.
En todos los casos un control estricto
de la glucemia será el denominador común
para un tratamiento eficaz.
Para concluir esta amplia revisión de
la diabetes mellitus, que con este artículo
queda completada, me hago eco de lo
escrito por la doctora Deborah S. Greco:
«Como veterinarios deberíamos reconocer
nuestra gran deuda con los animales
empleados en la investigación de
la diabetes. Ésta ha resultado en maravillas
tales como el desarrollo de la insulinoterapia,
bombas de insulina, trasplantes
pancreáticos e hipoglucemiantes
orales.
COMPLICACIONES GASTROINTESTINALES:
En medicina humana son muchas las
complicaciones gastrointestinales, hasta
un 76 por ciento de los diabéticos las
sufren, abarcando todo el tracto digestivo,
desde la cavidad oral hasta el recto. Se
han descrito en humanos varias afecciones
de la cavidad oral, como la sialosis
(hipertrofia de glándulas salivares), la
serostomía (sensación subjetiva de
sequedad oral) y el síndrome de la boca
ardiente.
Las afecciones gingivales y periodontales
también son frecuentes.
En veterinaria no podemos decir de forma
concluyente que las afecciones orales
sean más corrientes en perros
diabéticos. Dado que las alteraciones
periodontales y las estomatitis son más
frecuentes en perros mayores, es
importante someter a todos los pacientes
diabéticos a una exploración oral
detallada, a fin de eliminar la enfermedad
oral como posible causa de anorexia y
dificultad para tragar.
En el 50 por ciento de los casos los
diabéticos humanos presentan anomalías
esofágicas, siendo la más corriente el
reflujo gastroesofágico. Esto viene
derivado de anomalías neuronales.
A nivel gástrico han sido descritas
la gastroparesia diabética y varias
formas de gastritis. La función gástrica
normal es muy importante para el
equilibrio de la glucosa, por lo que una
motilidad gastrointestinal anómala
puede afectar significativamente el
control de la
glucemia. En estos
pacientes es
frecuente el retraso
en el vaciado del
estómago.
En relación con el
intestino pueden
aparecer diarreas, estreñimiento,
incontinencia fecal, dilatación de colon y
pseudoobstrucción. Es más habitual el
estreñimiento que la diarrea,
probablemente provocado por un problema
neurológico.
Cerca de un 38 por ciento de perros
diabéticos pueden presentar uno o varios
de estos trastornos descritos que deben
ser tratados de forma adecuada.
Los trastornos hepáticos pueden ser
frecuentes en los perros diabéticos, siendo
el hígado graso el hallazgo más frecuente,
habiéndose detectado también estados
precirróticos.
Existe una creencia bastante extendida de
que la pancreatitis crónica a menudo
resulta en diabetes mellitus, por
destrucción de las células de los islotes
pancreáticos. La incidencia de alteraciones
del páncreas en pacientes diabéticos no ha
quedado clara, aunque sí es cierto que
cuando hay diarrea, hay esteatorrea (grasa
en heces), muy típico del mal
funcionamiento pancreático. Aun así,
podemos concluir que la coexistencia de
pancreatitis y diabetes en el perro es
sumamente rara.
Cataratas
La incidencia de cataratas en el perro diabético es muy alta (68 por ciento) y es la
complicación a largo plazo más frecuente. Se produce por la entrada de glucosa en el
cristalino a partir del humor acuoso del globo ocular. Es un proceso irreversible que se
puede presentar en cuestión de días o meses.
Esta ceguera puede corregirse al extirpar el cristalino afectado y la visión se recupera
hasta en un 85 por ciento de los casos. A vosotros,
propietarios, os suele preocupar la rapidez con que progresan
algunas cataratas hacia la ceguera. A veces, vuestra primera
consulta se refiere a la pérdida de visión y no a los signos
clínicos habituales, por ejemplo, polidipsia y poliuria.
El éxito de la cirugía dependerá de la existencia o no de
retinopatía, por lo que antes de operar se debe realizar un
profundo examen ocular que debe incluir una
electrorretinografía. Debemos asegurarnos, además, de que no
exista una uveítis, que deberá ser tratada antes de la
intervención.
La cirugía de cataratas debe quedar reservada para perros
ciegos de ambos ojos o que pronto perderán la visión y se
practica cuando las cataratas están maduras o casi maduras.
La recuperación de la visión suele ser rápida si la cirugía tiene
éxito.
Dado que la retinopatía es consecuencia de la hiperglucemia,
un buen control de ésta minimiza los riesgos de aparición de
esta complicación.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores. Paseo Santa María de la Cabeza 68 A.
28045-Madrid.
Artículo publicado por José Enrique Zaldívar en la revista El Mundo del Perro.
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