ENFERMEDADES DE VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS
ENFERMEDADES DE VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS: TRÁQUEA
En un número anterior de El Mundo del Perro, escribí sobre las enfermedades respiratorias que afectaban a bronquios y pulmones. En el de este mes, me referiré a aquellas que afectan a la tráquea, obviando aquellas que se asientan en las fosas nasales o a la garganta, por no hacerlo demasiado extenso.
La tráquea es un conducto en forma de tubo, semirígido y flexible, que conecta la laringe con los bronquios. Está formada por una serie de cartílagos, en número de 35 a 45 en forma de C, ya que su parte dorsal está formada por tejido no cartilaginoso.
La tráquea posee un número limitado de maneras de responder a una agresión. La respuesta inmediata de la mucosa traqueal frente a una irritación de cualquier tipo es el aumento de la secreción mucosa. Si la agresión continua se producirá algo parecido a un proceso inflamatorio.
Un perro afectado por una enfermedad que afecta a la tráquea presentará tos, ruidos al inspirar y espirar el aíre, pudiendo llegar al edema pulmonar e incluso a la cianosis.
La auscultación es de gran ayuda para detectar problemas en la tráquea, así como las radiografías. Otras pruebas que, a veces, nos sirven de gran ayuda son traqueoscopia y broncoscopia, los cultivos traqueobronquiales y las citologías.
TRAQUEITIS INFECCIOSA:
Es la inflamación del revestimiento no cartilaginoso de la tráquea. Esta respuesta inflamatoria puede ser infecciosa o no infecciosa, primaria o secundaria. Normalmente es la consecuencia de ladridos prolongados, colapso traqueal, enfermedades crónicas del corazón, y alteraciones de la boca o de la faringe.
La mayoría de los perros que presentan estos problemas, suelen ser asintomáticos, excepto por la presencia de una tos, que se caracteriza por ser resonante, discordante, paroxística, y que a menudo acaba en arcadas o naúseas secas o ligeramente productivas. La palpación de la tráquea desencadena la tos. En estos casos es sumamente importante la auscultación del corazón, ya que como hemos dicho antes, a veces, estas alteraciones traqueales derivan de cardiopatías crónicas.
El problema con el que nos encontramos en estos procesos es que, la tos puede actuar como fuente continua de irritación, perpetuando la traqueitis y provocando un círculo vicioso. Es por esto sumamente importante, saber si este síntoma se debe a un proceso que se encuentra localizado en la tráquea, o es consecuencia de otras patologías.
La tos traqueal se trata, a menudo, con antitusígenos y broncodilatadores, que muchas veces también contienen expectorantes. Ocasionalmente está justificado el tratamiento a corto plazo con corticoesteroides. En las toses crónicas pueden ser útiles, a veces, las nebulizaciones. Cuando no es posible, se puede dejar al perro en un cuarto baño lleno de vapor procedente de una ducha de agua caliente, durante 15 a 20 minutos, tres veces al día. La función de este tipo de tratamiento es ablandar el moco que se ha acumulado en la tráquea. En tiempos de sequía como el que padecemos, está práctica no se si sería muy recomendable.
TRAQUEOBRONQUITIS INFECCIOSA:
Se denomina también “Complejo respiratorio canino” o “Tos de las perreras”. No se trata de una enfermedad, sino de un síndrome clínico. Está provocado por virus, bacterias, micoplasmas, hongos y parásitos. El agente causal más frecuente es la Bordetella bronchiseptica, asociado al virus de la parainfluenza canina o el adenovirus canino. Otros microorganismos que pueden producirla son el virus herpes canino, y ocasionalmente el virus del Moquillo.
Es muy contagiosa y aparece con más frecuencia donde conviven grupos de perros de diferentes edades. Los signos clínicos aparecen normalmente tres a cinco días después de la exposición al agente causal. La tos persistente, seca y paroxística estará siempre presente, acompañada a veces de una secreción nasal purulenta.
Si el proceso no está complicado la mayoría de los veterinarios recomiendan que no se suministren antibióticos, pero lo cierto es que la tos es sumamente molesta para el perro y para vosotros, sus propietarios, así que yo, normalmente si recomiendo su uso. Se recomienda el uso de broncodilatadores y de antitusígenos. Los mucolíticos también están indicados, aunque el uso de los diversos tratamientos estará en función de las posibles complicaciones bronquiales o pulmonares.
El uso de glucocorticoides puede estar indicado en determinados casos, pero se debe tener en cuenta que son fármacos que disminuyen la capacidad defensiva del organismo. Si los usamos, deben ser acompañados siempre de antibióticos.
Cuando vacunamos a vuestros perros con la vacuna trivalente, también lo hacemos contra algunos de los virus que la provocan. Además existen en el mercado vacunas más específicas para prevenirla, cuya aplicación es sumamente recomendable en criaderos, tiendas de animales, y unos días antes de dejar a vuestros perros en una residencia.
HIPOPLASIA TRAQUEAL
Se trata de un defecto congénito causado por el desarrollo insuficiente de los anillos traqueales. Se presenta especialmente en perros jóvenes de razas braquicéfalas, en especial el bulldog inglés. Cuando aparece este problema no es extraño encontrar asociados otros como el alargamiento del paladar blando, defectos cardíacos y megaesófago.
Los perros afectados suelen manifestar los síntomas a partir de los cinco meses que, se caracterizan por disnea, estridor y tos. Una complicación importante es la aparición de bronconeumonía. La tos suele ser más frecuente durante las horas del día, y se suele agravar con la excitación.
El diagnóstico se realiza por radiografía, para medir el diámetro de la tráquea: el diámetro de la luz traqueal es inferior al doble de la anchura de la tercera costilla por donde cruza. Las radiografías es mejor realizarlas cuando el paciente esté asintomático.
Podemos decir que muchos de estos perros tendrán una vida absolutamente normal cuando sean adultos, salvo aquellos en los que se añadan otros defectos congénitos como los nombrados anteriormente, aunque si es cierto que requerirán tratamientos con broncodilatadores y antibióticos con cierta frecuencia.
Es muy importante evitar la aparición de bronconeumonías en estos perros, por lo que, deben ser mantenidos en ambientes sin corrientes de aire y evitar una exposición excesiva a la humedad y el frío. La prevención del sobrepeso también ayudará a estos animales.
COLAPSO DE TRÁQUEA
Podemos definírlo como el estrechamiento de la tráquea en un lugar determinado, pudiendo ser lateral o dorsoventral. Es muy raro que surga de manera espontánea. Suele afectar normalmente a la región cervical, pero tampoco es extraño encontrarla en la región torácica, e incluso en la zona bronquial.
La causa de este problema se desconoce, afectando a perros de edad media o avanzada, aunque se ha descrito en algunos animales jóvenes.
Se sabe que en algunos casos el problema es congénito y en otros adquirido. En estos últimos pudiera deberse a una degeneración de los cartílagos traqueales que haría que estos se aplastasen en determinados lugares dando lugar al estrechamiento de la tráquea.
Lo que se va a presentar en los perros afectados, es lo que se conoce con el nombre de “síndrome de dificultad respiratoria” que tiene una naturaleza paroxística con antecedentes prolongados de tos crónica. Cuando le preguntamos al dueño por el tipo de tos que presenta su perro, o que nos lo relacione con algún tipo de ruido conocido, muchas veces nos dicen que se asemeja al “graznido de un ganso”, que se presenta durante todo el día y, ocasionalmente por la tarde. Con raras excepciones, esta enfermedad se presenta en razas enanas y miniaturas, más a menudo en chiguaguas, pomeranias, caniche enano, Shih tzu, Lhasa apso y Yorkshire terrier. Puede presentarse simultáneamente con una cardiopatía crónica, y por lo tanto debe diferenciarse de una insuficiencia cardiaca. La tos característica está provocada por la excitación, la presión traqueal (como la causada por el tirón de la correa), y por el acto de beber y comer. A menudo el perro empieza a toser cuando se le sujeta por debajo del pecho o por una presión excesiva sobre el torax.
En la auscultación broncopulmonar algunos de estos de animales no presentan practicamente ninguna alteración, pero en otros se pueden oir estridores, estertores y silibancias. En muchos casos nos encontramos con disnea inspiratoria o espiratoria (dificultad respiratoria), ruidos respiratorios y un gruñido espiratorio (presión abdominal) causada por el esfuerzo abdominal.
Es bastante frecuente que estos perros tengan hígados grandes que pudiera deberse a la presencia de grasa en este víscera, aunque la relación entre hepatomegalia y este síndrome no está demostrada.
Algunos de los perros afectados por colapso traqueal, presentan al mismo tiempo parálisis laríngea.
El diagnóstico se realizará mediante radiografías dorsoventrales y laterales, tomando las zonas cervical y torácica de forma independiente, así como durante la inspiración y la espiración.
El tratamiento abarca tanto la fase aguda de la enfermedad como la crónica, pero el estado del perro y de su propietario durante la primera (os soléis mostrar muy nerviosos, ante el estado de vuestro perro), nos exige una atención inmediata. Suele ser necesario el uso de antitusivos por vía oral e incluso inyectable. En otras ocasiones podremos hacer uso de tranquilizantes. A menudo basta con separar al perro de su dueño para conseguir tranquilizar al perro. El aporte de oxígeno puede ser muy útil en la fase aguda, pero a veces resulta fatal, ya que cualquier manipulación física o factor de estrés pueden agravar el problema, haciendo que el remedio sea peor que la enfermedad.
El empleo de corticoesteroides a corto plazo, está justificado en estas situaciones, ya que es muy probable la presencia de edema traqueal. Los broncodilatadores también están indicados.
Una vez estabilizado el animal, no siempre es necesario el uso de fármacos de forma continuada.
Es esencial el adelgazamiento del paciente obeso, ya que a veces por si solo puede ser una medida curativa. De igual manera, la retirada de la correa y el empleo de un arnés cuando se saca al perro a pasear puede ser eficaz para reducir los signos clínicos.
MASAS TRAQUEALES OBSTRUCTIVAS
Los tumores que pueden afectar a la traquea pueden afectar su función desde el interior (intraluminales) o desde el exterior (extraluminales). Podemos decir que los tumores primarios de tráquea no son muy frecuentes.
Otras masas que pueden encontrase en el interior de la tráquea son parásitos, granulomas, abscesos y pólipos.
Los cuerpos extraños traqueales también pueden causar una obstrucción. No son muy frecuentes, pero, cuando existen, son suficientemente pequeños para atravesar la bifurcación traqueal y originar posteriormente una neumonía por aspiración. Cuando son excesivamente grandes provocaran una grave obstrucción, con un compromiso respiratorio grave.
Lo que van a provocar cualquiera de las masas descritas anteriormente es un aumento considerable a la resistencia de las vías respiratorias, que impedirá el flujo de aire, causando hipoventilación. Habrá una inspiración lenta seguida de una espiración muy rápida. En la mayoría de los casos se oirá estridor, chasquido de garganta, y a menudo tos crónica. La dificultad respiratoria y la disnea suelen ser evidentes.
Provocar un mayor estrés en estos animales puede ser fatal, así que debemos obrar con máxima cautela para realizar las pruebas diagnósticas oportunas.
En la mayoría de las ocasiones las radiografías nos permitirán la observación de la obstrucción y la visualización de las masas que la producen, aunque en algunas ocasiones pueden existir cuerpos extraños no visibles.
Además de tener un valor diagnóstico, la broncoscopia puede utilizarse como parte del tratamiento. Se pueden extraer algunos cuerpos extraños por medio del endoscopio, aunque a veces su extracción requerirá intervención quirúrgica. La endoscopia también será útil en caso de tumores o masas sospechosas de serlo, para la obtención de muestras y su posterior biopsia. Una vez obtenidos los resultados se procederá a su extirpación siempre y cuando sea posible.
TRAUMATISMO TRAQUEAL
La laceración de la pared traqueal es infrecuente en los pequeños animales, pero se puede presentar por heridas provocadas por mordedura en la zona del cuello, mal uso de endoscopios, o errores en la punción de la vena yugular. Una secuela infrecuente del traumatismo es una fístula traqueoesofágica.
En los casos de herida por mordedura que provocan desgarro en la tráquea, no será extraño encontrarnos con un enfisema secundario, ya que el aire sale por la abertura traqueal y penetra en el tejido subcutáneo del cuello. El enfisema podrá afectar sólo a la región peritraqueal o ser más extenso y afectar a todo el cuerpo. Será fácilmente identificable por la sensación de crujido en la piel del animal.
Los signos clínicos se pueden manifestar entre uno y 28 días después del traumatismo, y las radiografías nos mostrarán la separación de los anillos traqueales
Normalmente suele ser necesaria la reparación quirúrgica de la lesión, es decir de la zona traqueal desgarrada, aunque si el edema subcutáneo está remitiendo y no hay signos clínicos de dificultad respiratoria, se puede mantener al animal en el reposo en una jaula, para dejar que el enfisema remita mediante absorción lenta, sedación leve, aspiración a través de una aguja gruesa y envolvimiento del cuerpo con vendajes elásticos, teniendo cuidado de no limitar mecánicamente la respiración.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A
28045 Madrid.
La foto publicada en este apartado se realizó en la Clínica veterinaria Ayora. Valencia. Corresponde a una broncoscopia de perro con bronquitis crónica. A título informativo para los lectores, pues no consta en el artículo, y debería.
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