LA ALIMENTACIÓN DEL CACHORRO
UN CACHORRO EN CASA: LA ALIMENTACIÓN.
A través de éste artículo sólo pretendo haceros llegar una información básica sobre como debéis alimentar a vuestro nuevo perro una vez que la persona que os lo ha vendido o regalado, ha procedido a su destete. Partiré de una situación hipotética e ideal, y que es que vuestro cachorro entré en casa con seis a ocho semanas de edad. Para los perros esto representa el momento ideal para entrar en su nueva hogar. A las siete semanas los cachorros han estado suficiente tiempo con su madre y sus hermanos como para haber desarrollado una socialización canina adecuada. No es recomendable que cojáis un perro con menos edad, salvo los casos de huérfanos o de cachorros cuya madre no puede alimentar.
CUÁNDO Y CÓMO DARLES DE COMER
Si analizamos los ancestros del perro podemos sacar muchas conclusiones de la conducta alimentaria normal que tienen nuestros perros. La naturaleza de los perros es omnívora. Como sus antepasados los lobos, los perros domésticos tienen tendencia a comer rapidamente, pero éste problema no tiene por qué darse cuando un perro se alimenta en solitario ya que no tendrá que competir con nadie por su comida, con lo cual se podrá regular la velocidad de ingestión del alimento. Os comento este hecho, porque es frecuente que nos preguntéis cuantas veces debe comer vuestro perro al día, es decir la frecuencia con que debe ser alimentado. Pues bien, aunque los ancestros del perro sugieran que el mejor esquema alimentario sería la alimentación intermitente, los perros son capaces de adaptarse a cualquier régimen alimentario. Entre estos regímenes se incluye la alimentación con porciones controladas, la alimentación con tiempo controlado o la elección libre del alimento. La implantación de cualquiera de estos tres métodos dependerá del tiempo de que disponga el propietario, el número de animales a alimentar y la aceptabilidad del método por parte del animal
La alimentación de elección libre implica que siempre haya una cantidad extra de alimento disponible en cualquier momento del día. Este tipo de alimentación se basa en la capacidad del animal de autorregular su ingesta para cubrir sus necesidades energéticas y nutricionales. Luego hablaré de los distintos tipos de alimento, pero el más adecuado para este tipo de alimentación será el pienso seco, ya que no se deteriora tan rápidamente como el alimento enlatado ni se seca como los alimentos semihúmedos. Los perros así alimentados consumirán cantidades pequeñas y frecuentes de alimento a lo largo del día. Aunque éste régimen es el más cómodo para el propietario puede provocar que pasen desapercibidos problemas como la anorexia o el hiperconsumo. Si el descenso de la ingesta es debido a un problema médico, puede haberse perdido un tiempo muy valioso hasta que se diagnostique la causa. Por el contrario, el exceso de consumo de alimento, puede llevar a una obesidad futura, de la que más adelante os contaré alguna cosa. Si utilizáis este método notaréis que al principio vuestro cachorro comerá más de lo que debe, pero en un breve periodo de tiempo ajustará la ingesta a sus necesidades calóricas. Es aconsejable que cuando se inicie al perro en este método de alimentación le enseñéis un plato lleno de comida inmediatamente después de que haya consumido su ración. La visión de este alimento le ayudará a prevenir el atragantamiento la primera vez que disponga de una cantidad extra de comida.
La alimentación regular implica el control de la ración o del tiempo durante el cual el animal tiene acceso al alimento. En el momento de la comida, se proporciona una cantidad abundante de alimento y se permite al perro que coma durante un tiempo fijo, más o menos 15-20 minutos. Esta manera de alimentar al cachorro, se hará 2 o 3 veces al día, lo que reducirá el hambre entre las comidas y minimizará los problemas de conducta asociados con el alimento, como robar o mendigar. Es esta una buena manera de alimentar a vuestro cachorro pero en caso de tener un perro excesivamente glotón supondrá que comerá de una manera voraz para recibir más alimento durante el tiempo permitido. Estos casos no son muy frecuentes y lo normal es que el perro adapte el consumo de alimento a sus necesidades energéticas. Quiero esto decir que lo normal es que vuestro cachorro no consumirá más de lo que necesita.
El otro método, es el de las raciones controladas, que suele ser el óptimo en la mayoría de las ocasiones. Os permitirá un máximo control sobre la dieta del animal ya que enseguida os daréis cuenta de si vuestro cachorro consume o no lo que en teoría debe de comer. Este método permite un control estricto del crecimiento y del peso para ajustar la cantidad de comida. La ración total del día, calculada sobre el peso y edad del cachorro, en función de sus necesidades energéticas, será repartida en 2 o 3 veces a lo largo del día.
CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO
El periodo más rápido de crecimiento se presenta durante los seis primeros meses de vida . Las razas grandes alcanzan su madurez aproximadamente entre los 12 y 16 meses, y las razas más pequeñas llegan a ser adultas un poco antes. Cuando llegan a la madurez, la mayoría habrá aumentado su peso al nacer entre cuarenta y cincuenta veces. Este crecimiento y desarrollo enormes se realiza en un periodo de tiempo relativamente corto. Para que éste desarrollo sea correcto es esencial aportar una dieta equilibrada.
Durante esta fase existirá por parte del organismo una mayor demanda energética y de nutrientes. Por tanto es importante saber que estas necesidades son, durante la fase de crecimiento aproximadamente el doble que las de un perro adulto del mismo tamaño. Después de los seis meses estas necesidades empiezan a declinar a medida que la velocidad de crecimiento disminuye. Reflejado en cifras significa que la ingesta energética de un perro joven debe ser aproximadamente dos veces la que requiere durante su mantenimiento, hasta que se ha llegado al 40% de su peso adulto. En ese momento, la cantidad de alimento se debe disminuir a, aproximadamente, 1,6 veces el nivel de mantenimiento, para disminuirla todavía más, a 1,2 veces el nivel de mantenimiento, cuando el perro ha alcanzado el 80% de su peso adulto. Esto os parecerá complicado, pero no lo es. En todos los envases de piensos figuran unas tablas en las que quedan reflejadas las cantidades de alimento que cada perro necesita según su edad y su peso. Estas instrucciones aportan normalmente una estimación de la cantidad de alimento a administrar para diferentes tipos de tamaño corporal, aunque a veces será necesario realizar ajustes sobre estas estimaciones basadas en vuestro conocimiento sobre la respuesta del perro a la alimentación. Lo único e importante que debéis hacer es seguir estas tablas. Se comete el error de pensar que según el perro va creciendo necesita un aumento de la cantidad de alimento. Pues bien, creo que en el párrafo anterior ha quedado claro que no es así.
CARACTERÍSTICAS DEL ALIMENTO: CALIDAD Y CANTIDAD
Otro factor sumamente importante y que debéis tener en cuenta es el de la calidad del alimento que suministráis a vuestro cachorro. Dos factores de suma importancia durante esta fase son la digestibilidad de los alimentos y su densidad energética. Debemos tener en cuenta, como ya os he comentado que las necesidades del cachorro son más elevadas que las del adulto en cuanto a requerimientos energéticos y nutrientes pero su capacidad digestiva es menor, su boca es más pequeña y tienen menos dientes y de menor tamaño. Estas diferencias limitan la cantidad de alimento que un animal joven puede consumir y digerir en cada comida o período de tiempo. Si una dieta es de baja digestibilidad o su densidad energética es escasa, el perro deberá consumir una mayor cantidad. Cuando dais un alimento de calidad baja se puede llegar a saturar la capacidad del estómago del animal antes de que haya consumido los nutrientes adecuados. El resultado es el compromiso en el crecimiento y una afectación del desarrollo muscular y esquelético. Esto quiere decir en cierto modo que la CALIDAD ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CANTIDAD. No es mi misión en éste artículo recomendaros uno u otro alimento para vuestro cachorro. Será vuestro veterinario el que debe decidir cual es el más adecuado, en función de la raza y tipo de vida que vaya a llevar vuestro perro. Tan sólo una puntualización que en el caso de los alimentos para perros se cumple como un axioma:
“en el precio, está la calidad”. Cuando vayáis a comprar la comida podréis observar la amplia gama de piensos que existen en el mercado, y os sorprenderá la amplia gama de precios. A lo mejor decidís comparar las composiciones de unos y de otros y entonces os asaltaran las dudas. Veréis que las composiciones en cuanto a proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales son prácticamente idénticas en los piensos caros y baratos, y os preguntaréis la razón de tal disparidad de precios. La solución al misterio es sencilla: La digestibilidad de los piensos caros es muchísimo mayor que en los baratos y la fuente de las materias primas, de las que se extraen los nutrientes es de mucha mayor calidad. Fijaros que la cantidad en gramos de un pienso barato a ingerir por vuestro cachorro es mayor que la cantidad a ingerir de un pienso caro y que el volumen de deposiciones de un perro que consume un pienso barato es mayor que las del que consume un pienso caro.
Nunca debemos sobrealimentar a nuestro cachorro. Un exceso de comida conduce a una aceleración de la tasa de crecimiento y puede predisponer al animal a la obesidad en estadios más tardíos de su vida. En las razas grandes, incluso puede provocar el desarrollo de graves anomalías esqueléticas. Una de las causas más frecuentes de sobrenutrición en los perros en crecimiento es la adicción de suplementos de alimentos a una dieta equilibrada formulada para el crecimiento. La sobrenutrición precoz provoca un aumento del número de células grasas y una cantidad total de grasa corporal mayor durante la edad adulta( ver artículo sobre obesidad publicado en esta misma revista). Está demostrado que una ligera restricción calórica durante el crecimiento produce una longevidad significativamente mayor.
Los suplementos son innecesarios y pueden llegar a ser perjudiciales. Esto es especialmente importante, cuando alimentamos a razas grandes y gigantes de perros que generalmente muestran una mayor incidencia de alteraciones del desarrollo óseo. Entre las enfermedades esqueléticas de desarrollo frecuente en los perros jóvenes se incluye la osteodistrofia hipertrófica, la osteocondrosis y la displasia de cadera. La genética juega un papel importante en estas alteraciones, pero la herencia no es completamente responsable de su existencia. Por tanto es de suma importancia que os olvidéis de suplementos de calcio o de vitaminas que alteraran de forma grave el desarrollo de vuestro cachorro. Recordar, que nadie, salvo vuestro veterinario debe deciros lo que debéis o no debéis dar a vuestro perro.
Una vez el cachorro está en su nuevo hogar, quizás decidáis darle un alimento distinto del que se administró al conjunto de la camada. Si debe cambiarse la dieta del animal, el nuevo alimento debe introducirse de forma gradual. No deben realizarse cambios dietéticos durante los primeros días en que el animal se encuentra en la nueva residencia. Cambiar de hogar y dejar a la madre y a los hermanos es muy estresante y administrar al cachorro una nueva marca de alimento puede acentuar este problema. Es conveniente por tanto que el criador o el vendedor os entregue con el perro una pequeña cantidad de comida para los primeros días. Luego, debéis visitar al veterinario, que será quién decida que alimento es el más adecuado para vuestro perro. Si se decide el cambio, éste debe ser gradual, mezclándolo a incrementos del 25% con la dieta original. En cuatro días el cachorro estará en condiciones de comer en exclusiva su nuevo alimento.
Los alimentos comerciales para animales están formulados para contener la cantidad adecuada de nutrientes esenciales, cuando se proporciona una cantidad de alimento que satisfaga los requerimientos energéticos del animal. El equilibrio entre la necesidad energética y el contenido en nutrientes asegura, que cuando las necesidades calóricas del animal se cubren, sus necesidades de todos los demás nutrientes esenciales quedan también cubiertas por la misma cantidad de alimento.
TIPOS DE ALIMENTO
A modo de introducción os diré que soy partidario al cien por cien de la alimentación a base de productos específicos para perros. Sé que hay gente que aún alimenta a su perro con dietas caseras, pero dado que éste artículo versa sobre la alimentación de los cachorros, voy a obviar cualquier tipo de comentario sobre esta “absurda” manera de alimentación. Olvidaros para siempre del arroz, la pasta, el pollo, la carne, el pescado, la leche, la fruta, los huevos, las legumbres y las galletas “Maria” y tendréis un perro sano- salvo eventuales patologías- y que vivirá mucho más tiempo.
Los productos comerciales están disponibles en varias formas, según el sistema de procesado utilizado, ingredientes y método de conservación. Además, estos productos pueden clasificarse según el contenido en nutrientes, el objetivo para el cual están formulados y la calidad de los ingredientes que contienen. Para facilitar la comprensión, yo voy a utilizar la clasificación según el método de procesado, los métodos de conservación y el contenido en humedad. Teniendo esto en cuenta hablaremos de secos, enlatados y semihúmedos.
Los secos, que son para mi los más adecuados (salvo determinadas circunstancias) contienen entre un 6 y un 10% de humedad, y un 90% o más de materia seca. Los ingredientes utilizados en este tipo de alimentos, incluyen cereales en grano, productos de carne, ave o pescado, algunos productos lácteos y suplementos vitamínicos y minerales. Son más económicos que los enlatados o semihúmedos, y soportan bien su almacenamiento, debido a su escaso contenido en humedad. También ofrecen ventajas para la higiene dental ya que casi todos los perros tendrán que masticarlos y triturarlos, lo que hará que se retrase mucho más la aparición de placa dental.
Los alimentos enlatados pueden contener los mismos ingredientes que el alimento seco, en cuyo caso cubrirán todas las necesidades nutricionales de vuestro perro, o contener tan sólo productos cárnicos. Estos últimos son utilizados por algunos propietarios para mezclarlos con el alimento seco y hacer más agradable su ingestión por parte del perro. Los propietarios que utilizan estas mezclas, lo hacen pensando que el alimento exclusivamente seco acaba aburriendo y cansando a su mascota. Lo cierto es que determinados perros aceptan de buen grado el pienso mezclado con una pequeña porción de lata y lo comen a duras penas, sin este pequeño aporte de carne. Por mi parte no hay ninguna contraindicación para que lo hagáis si vuestro perro así lo demanda. En mi experiencia personal, no es recomendable que alimentéis a vuestro perro exclusivamente de latas, ya que en caso de que vuestro perro lleve una vida excesivamente sedentaria, es decir que sus necesidades calóricas sean bajas, esta forma de alimentación podrá llevarle a una indeseada obesidad. La razón es sencilla: estos alimentos son mucho más agradables para el consumo y a la larga, el perro acabará consumiendo más de lo que sería deseable. En éste tipo de alimentos ocurre lo mismo con el tema de los precios. Pararos a mirar precios y os quedaréis asombrados de las grandes diferencias entre unas latas y otras. La razón ya ha quedado explicada anteriormente. No será raro, que en una lata de bajo precio, os encontréis con plumas de aves o trozos de hueso.
Los alimentos semihúmedos contienen entre un 15 y un 30% de humedad y suelen estar fabricados con tejidos animales congelados o frescos, cereales, grasas y azúcares simples. Son más blandos que los alimentos secos y por lo tanto el perro los suele comer con más interés. Estos alimentos se presentan en una amplia gama de formas y texturas, que imitan hamburguesas, carne picada o trozos de ternera. Lo cierto es que estos alimentos tienen una menor densidad energética y por tanto para cubrir las necesidades del perro suele ser necesaria la ingestión de grandes cantidades.
En la actualidad los más importantes fabricantes de comida para perros tienen en el mercado una amplia gama de alimentos adecuados al tamaño de cada perro y a cada etapa de su vida. Antes el pienso era el mismo para un caniche enano que para un mastín, y lo único que variaba era la cantidad a injerir. Ahora lo normal es encontrar piensos para cachorros de razas pequeñas, medianas, grandes y gigantes que a partir de los 10 o 16 meses dependiendo de la raza o del peso del perro en el momento en que alcance la madurez, deberán ser cambiados por piensos llamados de mantenimiento.
Hasta aquí mi exposición sobre el tema de la alimentación del cachorro. Nunca me canso de repetirlo durante vuestras primeras visitas al veterinario. De que deis una alimentación adecuada a vuestro perro dependerá sin lugar a dudas su salud. No entendáis mal el cariño. Una forma sencilla de no caer en el error de dejar que vuestro perro se acostumbre a otros sabores , es sacarle de la cocina cuando se hace la comida y trasladarle a otro espacio de la casa mientras se come en la mesa
Y otra recomendación de suma importancia: lo que ha sobrado en la mesa, debe ir a la basura o a la nevera de vuestra casa, nunca al plato o a la boca de vuestro perro.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Paseo Santa María de la Cabeza 68 A.
Madrid-28045.
Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro
A través de éste artículo sólo pretendo haceros llegar una información básica sobre como debéis alimentar a vuestro nuevo perro una vez que la persona que os lo ha vendido o regalado, ha procedido a su destete. Partiré de una situación hipotética e ideal, y que es que vuestro cachorro entré en casa con seis a ocho semanas de edad. Para los perros esto representa el momento ideal para entrar en su nueva hogar. A las siete semanas los cachorros han estado suficiente tiempo con su madre y sus hermanos como para haber desarrollado una socialización canina adecuada. No es recomendable que cojáis un perro con menos edad, salvo los casos de huérfanos o de cachorros cuya madre no puede alimentar.
CUÁNDO Y CÓMO DARLES DE COMER
Si analizamos los ancestros del perro podemos sacar muchas conclusiones de la conducta alimentaria normal que tienen nuestros perros. La naturaleza de los perros es omnívora. Como sus antepasados los lobos, los perros domésticos tienen tendencia a comer rapidamente, pero éste problema no tiene por qué darse cuando un perro se alimenta en solitario ya que no tendrá que competir con nadie por su comida, con lo cual se podrá regular la velocidad de ingestión del alimento. Os comento este hecho, porque es frecuente que nos preguntéis cuantas veces debe comer vuestro perro al día, es decir la frecuencia con que debe ser alimentado. Pues bien, aunque los ancestros del perro sugieran que el mejor esquema alimentario sería la alimentación intermitente, los perros son capaces de adaptarse a cualquier régimen alimentario. Entre estos regímenes se incluye la alimentación con porciones controladas, la alimentación con tiempo controlado o la elección libre del alimento. La implantación de cualquiera de estos tres métodos dependerá del tiempo de que disponga el propietario, el número de animales a alimentar y la aceptabilidad del método por parte del animal
La alimentación de elección libre implica que siempre haya una cantidad extra de alimento disponible en cualquier momento del día. Este tipo de alimentación se basa en la capacidad del animal de autorregular su ingesta para cubrir sus necesidades energéticas y nutricionales. Luego hablaré de los distintos tipos de alimento, pero el más adecuado para este tipo de alimentación será el pienso seco, ya que no se deteriora tan rápidamente como el alimento enlatado ni se seca como los alimentos semihúmedos. Los perros así alimentados consumirán cantidades pequeñas y frecuentes de alimento a lo largo del día. Aunque éste régimen es el más cómodo para el propietario puede provocar que pasen desapercibidos problemas como la anorexia o el hiperconsumo. Si el descenso de la ingesta es debido a un problema médico, puede haberse perdido un tiempo muy valioso hasta que se diagnostique la causa. Por el contrario, el exceso de consumo de alimento, puede llevar a una obesidad futura, de la que más adelante os contaré alguna cosa. Si utilizáis este método notaréis que al principio vuestro cachorro comerá más de lo que debe, pero en un breve periodo de tiempo ajustará la ingesta a sus necesidades calóricas. Es aconsejable que cuando se inicie al perro en este método de alimentación le enseñéis un plato lleno de comida inmediatamente después de que haya consumido su ración. La visión de este alimento le ayudará a prevenir el atragantamiento la primera vez que disponga de una cantidad extra de comida.
La alimentación regular implica el control de la ración o del tiempo durante el cual el animal tiene acceso al alimento. En el momento de la comida, se proporciona una cantidad abundante de alimento y se permite al perro que coma durante un tiempo fijo, más o menos 15-20 minutos. Esta manera de alimentar al cachorro, se hará 2 o 3 veces al día, lo que reducirá el hambre entre las comidas y minimizará los problemas de conducta asociados con el alimento, como robar o mendigar. Es esta una buena manera de alimentar a vuestro cachorro pero en caso de tener un perro excesivamente glotón supondrá que comerá de una manera voraz para recibir más alimento durante el tiempo permitido. Estos casos no son muy frecuentes y lo normal es que el perro adapte el consumo de alimento a sus necesidades energéticas. Quiero esto decir que lo normal es que vuestro cachorro no consumirá más de lo que necesita.
El otro método, es el de las raciones controladas, que suele ser el óptimo en la mayoría de las ocasiones. Os permitirá un máximo control sobre la dieta del animal ya que enseguida os daréis cuenta de si vuestro cachorro consume o no lo que en teoría debe de comer. Este método permite un control estricto del crecimiento y del peso para ajustar la cantidad de comida. La ración total del día, calculada sobre el peso y edad del cachorro, en función de sus necesidades energéticas, será repartida en 2 o 3 veces a lo largo del día.
CONSIDERACIONES SOBRE EL CRECIMIENTO
El periodo más rápido de crecimiento se presenta durante los seis primeros meses de vida . Las razas grandes alcanzan su madurez aproximadamente entre los 12 y 16 meses, y las razas más pequeñas llegan a ser adultas un poco antes. Cuando llegan a la madurez, la mayoría habrá aumentado su peso al nacer entre cuarenta y cincuenta veces. Este crecimiento y desarrollo enormes se realiza en un periodo de tiempo relativamente corto. Para que éste desarrollo sea correcto es esencial aportar una dieta equilibrada.
Durante esta fase existirá por parte del organismo una mayor demanda energética y de nutrientes. Por tanto es importante saber que estas necesidades son, durante la fase de crecimiento aproximadamente el doble que las de un perro adulto del mismo tamaño. Después de los seis meses estas necesidades empiezan a declinar a medida que la velocidad de crecimiento disminuye. Reflejado en cifras significa que la ingesta energética de un perro joven debe ser aproximadamente dos veces la que requiere durante su mantenimiento, hasta que se ha llegado al 40% de su peso adulto. En ese momento, la cantidad de alimento se debe disminuir a, aproximadamente, 1,6 veces el nivel de mantenimiento, para disminuirla todavía más, a 1,2 veces el nivel de mantenimiento, cuando el perro ha alcanzado el 80% de su peso adulto. Esto os parecerá complicado, pero no lo es. En todos los envases de piensos figuran unas tablas en las que quedan reflejadas las cantidades de alimento que cada perro necesita según su edad y su peso. Estas instrucciones aportan normalmente una estimación de la cantidad de alimento a administrar para diferentes tipos de tamaño corporal, aunque a veces será necesario realizar ajustes sobre estas estimaciones basadas en vuestro conocimiento sobre la respuesta del perro a la alimentación. Lo único e importante que debéis hacer es seguir estas tablas. Se comete el error de pensar que según el perro va creciendo necesita un aumento de la cantidad de alimento. Pues bien, creo que en el párrafo anterior ha quedado claro que no es así.
CARACTERÍSTICAS DEL ALIMENTO: CALIDAD Y CANTIDAD
Otro factor sumamente importante y que debéis tener en cuenta es el de la calidad del alimento que suministráis a vuestro cachorro. Dos factores de suma importancia durante esta fase son la digestibilidad de los alimentos y su densidad energética. Debemos tener en cuenta, como ya os he comentado que las necesidades del cachorro son más elevadas que las del adulto en cuanto a requerimientos energéticos y nutrientes pero su capacidad digestiva es menor, su boca es más pequeña y tienen menos dientes y de menor tamaño. Estas diferencias limitan la cantidad de alimento que un animal joven puede consumir y digerir en cada comida o período de tiempo. Si una dieta es de baja digestibilidad o su densidad energética es escasa, el perro deberá consumir una mayor cantidad. Cuando dais un alimento de calidad baja se puede llegar a saturar la capacidad del estómago del animal antes de que haya consumido los nutrientes adecuados. El resultado es el compromiso en el crecimiento y una afectación del desarrollo muscular y esquelético. Esto quiere decir en cierto modo que la CALIDAD ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CANTIDAD. No es mi misión en éste artículo recomendaros uno u otro alimento para vuestro cachorro. Será vuestro veterinario el que debe decidir cual es el más adecuado, en función de la raza y tipo de vida que vaya a llevar vuestro perro. Tan sólo una puntualización que en el caso de los alimentos para perros se cumple como un axioma:
“en el precio, está la calidad”. Cuando vayáis a comprar la comida podréis observar la amplia gama de piensos que existen en el mercado, y os sorprenderá la amplia gama de precios. A lo mejor decidís comparar las composiciones de unos y de otros y entonces os asaltaran las dudas. Veréis que las composiciones en cuanto a proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales son prácticamente idénticas en los piensos caros y baratos, y os preguntaréis la razón de tal disparidad de precios. La solución al misterio es sencilla: La digestibilidad de los piensos caros es muchísimo mayor que en los baratos y la fuente de las materias primas, de las que se extraen los nutrientes es de mucha mayor calidad. Fijaros que la cantidad en gramos de un pienso barato a ingerir por vuestro cachorro es mayor que la cantidad a ingerir de un pienso caro y que el volumen de deposiciones de un perro que consume un pienso barato es mayor que las del que consume un pienso caro.
Nunca debemos sobrealimentar a nuestro cachorro. Un exceso de comida conduce a una aceleración de la tasa de crecimiento y puede predisponer al animal a la obesidad en estadios más tardíos de su vida. En las razas grandes, incluso puede provocar el desarrollo de graves anomalías esqueléticas. Una de las causas más frecuentes de sobrenutrición en los perros en crecimiento es la adicción de suplementos de alimentos a una dieta equilibrada formulada para el crecimiento. La sobrenutrición precoz provoca un aumento del número de células grasas y una cantidad total de grasa corporal mayor durante la edad adulta( ver artículo sobre obesidad publicado en esta misma revista). Está demostrado que una ligera restricción calórica durante el crecimiento produce una longevidad significativamente mayor.
Los suplementos son innecesarios y pueden llegar a ser perjudiciales. Esto es especialmente importante, cuando alimentamos a razas grandes y gigantes de perros que generalmente muestran una mayor incidencia de alteraciones del desarrollo óseo. Entre las enfermedades esqueléticas de desarrollo frecuente en los perros jóvenes se incluye la osteodistrofia hipertrófica, la osteocondrosis y la displasia de cadera. La genética juega un papel importante en estas alteraciones, pero la herencia no es completamente responsable de su existencia. Por tanto es de suma importancia que os olvidéis de suplementos de calcio o de vitaminas que alteraran de forma grave el desarrollo de vuestro cachorro. Recordar, que nadie, salvo vuestro veterinario debe deciros lo que debéis o no debéis dar a vuestro perro.
Una vez el cachorro está en su nuevo hogar, quizás decidáis darle un alimento distinto del que se administró al conjunto de la camada. Si debe cambiarse la dieta del animal, el nuevo alimento debe introducirse de forma gradual. No deben realizarse cambios dietéticos durante los primeros días en que el animal se encuentra en la nueva residencia. Cambiar de hogar y dejar a la madre y a los hermanos es muy estresante y administrar al cachorro una nueva marca de alimento puede acentuar este problema. Es conveniente por tanto que el criador o el vendedor os entregue con el perro una pequeña cantidad de comida para los primeros días. Luego, debéis visitar al veterinario, que será quién decida que alimento es el más adecuado para vuestro perro. Si se decide el cambio, éste debe ser gradual, mezclándolo a incrementos del 25% con la dieta original. En cuatro días el cachorro estará en condiciones de comer en exclusiva su nuevo alimento.
Los alimentos comerciales para animales están formulados para contener la cantidad adecuada de nutrientes esenciales, cuando se proporciona una cantidad de alimento que satisfaga los requerimientos energéticos del animal. El equilibrio entre la necesidad energética y el contenido en nutrientes asegura, que cuando las necesidades calóricas del animal se cubren, sus necesidades de todos los demás nutrientes esenciales quedan también cubiertas por la misma cantidad de alimento.
TIPOS DE ALIMENTO
A modo de introducción os diré que soy partidario al cien por cien de la alimentación a base de productos específicos para perros. Sé que hay gente que aún alimenta a su perro con dietas caseras, pero dado que éste artículo versa sobre la alimentación de los cachorros, voy a obviar cualquier tipo de comentario sobre esta “absurda” manera de alimentación. Olvidaros para siempre del arroz, la pasta, el pollo, la carne, el pescado, la leche, la fruta, los huevos, las legumbres y las galletas “Maria” y tendréis un perro sano- salvo eventuales patologías- y que vivirá mucho más tiempo.
Los productos comerciales están disponibles en varias formas, según el sistema de procesado utilizado, ingredientes y método de conservación. Además, estos productos pueden clasificarse según el contenido en nutrientes, el objetivo para el cual están formulados y la calidad de los ingredientes que contienen. Para facilitar la comprensión, yo voy a utilizar la clasificación según el método de procesado, los métodos de conservación y el contenido en humedad. Teniendo esto en cuenta hablaremos de secos, enlatados y semihúmedos.
Los secos, que son para mi los más adecuados (salvo determinadas circunstancias) contienen entre un 6 y un 10% de humedad, y un 90% o más de materia seca. Los ingredientes utilizados en este tipo de alimentos, incluyen cereales en grano, productos de carne, ave o pescado, algunos productos lácteos y suplementos vitamínicos y minerales. Son más económicos que los enlatados o semihúmedos, y soportan bien su almacenamiento, debido a su escaso contenido en humedad. También ofrecen ventajas para la higiene dental ya que casi todos los perros tendrán que masticarlos y triturarlos, lo que hará que se retrase mucho más la aparición de placa dental.
Los alimentos enlatados pueden contener los mismos ingredientes que el alimento seco, en cuyo caso cubrirán todas las necesidades nutricionales de vuestro perro, o contener tan sólo productos cárnicos. Estos últimos son utilizados por algunos propietarios para mezclarlos con el alimento seco y hacer más agradable su ingestión por parte del perro. Los propietarios que utilizan estas mezclas, lo hacen pensando que el alimento exclusivamente seco acaba aburriendo y cansando a su mascota. Lo cierto es que determinados perros aceptan de buen grado el pienso mezclado con una pequeña porción de lata y lo comen a duras penas, sin este pequeño aporte de carne. Por mi parte no hay ninguna contraindicación para que lo hagáis si vuestro perro así lo demanda. En mi experiencia personal, no es recomendable que alimentéis a vuestro perro exclusivamente de latas, ya que en caso de que vuestro perro lleve una vida excesivamente sedentaria, es decir que sus necesidades calóricas sean bajas, esta forma de alimentación podrá llevarle a una indeseada obesidad. La razón es sencilla: estos alimentos son mucho más agradables para el consumo y a la larga, el perro acabará consumiendo más de lo que sería deseable. En éste tipo de alimentos ocurre lo mismo con el tema de los precios. Pararos a mirar precios y os quedaréis asombrados de las grandes diferencias entre unas latas y otras. La razón ya ha quedado explicada anteriormente. No será raro, que en una lata de bajo precio, os encontréis con plumas de aves o trozos de hueso.
Los alimentos semihúmedos contienen entre un 15 y un 30% de humedad y suelen estar fabricados con tejidos animales congelados o frescos, cereales, grasas y azúcares simples. Son más blandos que los alimentos secos y por lo tanto el perro los suele comer con más interés. Estos alimentos se presentan en una amplia gama de formas y texturas, que imitan hamburguesas, carne picada o trozos de ternera. Lo cierto es que estos alimentos tienen una menor densidad energética y por tanto para cubrir las necesidades del perro suele ser necesaria la ingestión de grandes cantidades.
En la actualidad los más importantes fabricantes de comida para perros tienen en el mercado una amplia gama de alimentos adecuados al tamaño de cada perro y a cada etapa de su vida. Antes el pienso era el mismo para un caniche enano que para un mastín, y lo único que variaba era la cantidad a injerir. Ahora lo normal es encontrar piensos para cachorros de razas pequeñas, medianas, grandes y gigantes que a partir de los 10 o 16 meses dependiendo de la raza o del peso del perro en el momento en que alcance la madurez, deberán ser cambiados por piensos llamados de mantenimiento.
Hasta aquí mi exposición sobre el tema de la alimentación del cachorro. Nunca me canso de repetirlo durante vuestras primeras visitas al veterinario. De que deis una alimentación adecuada a vuestro perro dependerá sin lugar a dudas su salud. No entendáis mal el cariño. Una forma sencilla de no caer en el error de dejar que vuestro perro se acostumbre a otros sabores , es sacarle de la cocina cuando se hace la comida y trasladarle a otro espacio de la casa mientras se come en la mesa
Y otra recomendación de suma importancia: lo que ha sobrado en la mesa, debe ir a la basura o a la nevera de vuestra casa, nunca al plato o a la boca de vuestro perro.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Paseo Santa María de la Cabeza 68 A.
Madrid-28045.
Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro
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