LEISHMANIOSIS (IV)
SOBRE EL MECANISMO DE ACCIÓN DE LA VACUNA, SU SEGURIDAD Y SU
USO EN LA CLÍNICA DIARIA.
Pueden utilizarse varios tests en perros para demostrar que
la vacuna dirige la respuesta inmune correcta y da como resultado células de
memoria Th 1 apropiadas capaces de estimular la eliminación del parásito en los
macrófagos.
Los resultados serológicos demuestran que, tras tres semanas
de haber completado la primovacunación, hay una buena respuesta a las PSE y al
ASP en particular, es decir, a los componentes de la vacuna. Además, los
resultados muestran que cuando un perro se expone a un antígeno intradérmico de
leishmania un año más tarde de la vacunación, se obtiene una respuesta rápida
de memoria de un tipo IgG (Inmunoglobulinas G), mientras que los diez perros
control no desarrollaron ninguna respuesta IgG específica en ningún punto del
estudio.
Quedó demostrado que los perros vacunados cuando entraban en
un nuevo contacto con el parásito sus células eran capaces de recordar el
antígeno y responder ante él. Del mismo modo la producción de Interferón gamma
fue mucho más alta en perros vacunados que en los no vacunados cuando fueron
enfrentados al antígeno.
La respuesta de memoria Th 1 producida como respuesta a la
vacunación es, a su vez, capaz de estimular la respuesta leishmanicida correcta
en los macrófagos de los perros.
Los resultados de los estudios han demostrado la rápida
aparición de la capacidad de eliminación del parásito en las tres semanas
posteriores al final de la primovacunación,
siendo considerablemente más alta que en los no vacunados.
El primer requisito inmunológico exigido a una vacuna
efectiva contra la leishmaniosis canina es que sea capaz de cambiar la
respuesta inmune para desarrollar una capacidad de memoria efectiva contra el
parásito con predominio Th 1. Se ha demostrado que el organismo reacciona
adecuadamente en perros vacunados ante la presencia del parásito reduciendo de
forma clara el riesgo de infección activa y cumpliendo el objetivo clínico de
minimizar el número de perros que progresan hacia un estado de enfermedad
sintomática.
Es importante recordar que las pruebas descritas se
realizaron en los peores escenarios posibles con desafíos mucho más intensos
que los experimentados normalmente.
PERFIL DE SEGURIDAD DE LA VACUNA
En general, los riesgos más significativos de reacciones
inapropiadas asociadas a las vacunas son:
-Respuestas alérgicas: este tipo de respuestas pueden
aparecer como respuesta a cualquier proteína y, por tanto, como respuesta a
cualquier vacuna. También se cree que son más comunes cuando se hace crecer a
las vacunas en cultivos celulares o en medios a base de huevo o suero. Por
tanto, sería de esperar que el exclusivo medio de cultivo para producir esta
vacuna disminuya aún más este posible riesgo.
-Virulencia o toxicidad residuales y enfermedad en hospedadores
inmunodeficientes: La virulencia residual en hospedadores y la enfermedad en
hospedadores inmunodeficientes están causadas por la administración de
organismos inactivados o atenuados de forma inadecuada o por la incapacidad del
hospedador inmunosuprimido para prevenir la replicación de un organismo
vacunal. Esta vacuna no contiene parásitos, sino proteínas del mismo, lo que
significa que no hay organismos vivos ni muertos que puedan ser virulentos para
ningún hospedador, tenga o no tenga un compromiso inmunológico, lo que
proporciona un beneficio considerable de seguridad.
-Complicaciones neurológicas: Este tipo de complicaciones
suelen ser consecuencia de los efectos primarios del organismo involucrado.
Dado que en esta vacuna no hay organismos vivos no es de esperar que aparezcan
fenómenos de este tipo.
-Efectos nocivos sobre fetos: La vacuna no se comercializa
para ser usada en animales gestantes.
Se puede originar una respuesta inflamatoria en la zona de
inoculación como puede ocurrir con cualquier otra vacuna, y en algunos
individuos susceptibles puede aparecer hipertermia y malestar, aunque es poco
común.
PERFIL DE SEGURIDAD:
Los resultados de este estudio pueden dividirse en signos
generales y locales.
1) Generales:
-Un cachorro vacunado
exhibió una ligera hipertermia durante las cuatro horas posteriores a la primera
vacunación que se resolvió rápida y espontáneamente. Ningún cachorro mostró
hipertermia relacionada con la vacunación después de la segunda y tercera
dosis.
-No se notó ningún
impacto sobre el comportamiento general.
-No se notó ninguna
diferencia en la ganancia de peso entre los perros tratados y los perros
control.
-No se notaron
diferencias en los parámetros hematológicos entre los perros tratados y los
perros control.
2) Locales:
-No se notó dolor
durante la inyección ni con la palpación suave en el lugar de la inyección en
los siguientes exámenes a los cachorros.
-Aparecieron
hinchazones locales en todos los cachorros vacunados tras todas las
inyecciones.
-El tamaño máximo de
estas inflamaciones fue de diez centímetros, pero la mayoría fueron detectables
solamente mediante palpación a pesar de haber afeitado la zona. Las
inflamaciones aparecieron entre las 4 y 12 horas y todas resolvieron
completamente en 12 días, bastante antes del momento de la segunda inyección.
-Se notaron pequeños
nódulos en la zona de inflamación que duraron un máximo de siete días en cuatro
y dos cachorros tras la primera y segunda inyección respectivamente.
PRUEBA DE CAMPO REALIZADA EN VARIAS RAZAS
Se realizó sobre perros con propietario en zonas endémicas y
no endémicas. Se utilizaron perros de varias razas (78 hembras y 73 machos).
Tras la vacunación de estos animales no se observo ningún
efecto adverso grave en ninguno de ellos.
Otras reacciones:
ESTUDIO DE CAMPO PARA EVALUAR LA PERCEPCIÓN DEL PROPIETARIO
EN CUANTO A LA SEGURIDAD DE LA VACUNA.
Se utilizaron 231 perros (115 machos y 116 hembras) de 36
clínicas veterinarias de Francia y de Italia.
Curiosamente, a diferencia de los estudios de campo
comentados anteriormente, solo ocho (3,5%) de los perros participantes en este estudio
presentaron reacciones locales descritas por los propietarios. Solo uno de
estos perros presentó también un signo general (apatía leve de corta duración)
junto a la reacción local.
Cuatro de los ocho perros pertenecían al mismo propietario
en Italia.
La reacción general más habitual fue de letargo, que se
describió en cinco perros (2,2%), que fue descrita como benigna para todos los
perros y la duración no superó un día, excepto en un perro que duró tres días.
Cuatro perros presentaron diarrea, y curiosamente
pertenecían al mismo propietario en Francia. Se podría tratar por tanto de una
diarrea debido a otra causa que no fuera la vacuna.
El estudio de la vacuna incluye también a algunos perros que
siendo positivos a leishmania, fueron vacunados, en concreto 22. No hubo
tampoco en ellos reacciones dignas de mencionar. Aunque la vacuna no está
registrada para ser utilizada en perros positivos a leishmania, parece que la
tolerancia de la misma es tan buena en estos perros como en el resto de la
población.
CONCLUSIONES:
ESTÁ CLARO POR LOS ESTUDIOS EXPERIMENTALES QUE PUEDE
ESPERARSE QUE TODOS LOS PERROS DESARROLLEN UNA PEQUEÑA INFLAMACIÓN COMO PARTE
DE LA REACCIÓN LOCAL A ESTA VACUNA. En un pequeño número de casos esto puede ocasionar
una sensibilidad o dolor local durante unos pocos días, pero la reacción es
autolimitante, sin tratamiento, en casi todos los casos. Sin embargo, también
está claro que muchos propietarios no serán capaces de detectar esa inflamación
en circunstancias normales. Igual que ocurre con otras vacunas un pequeño
número de perros pueden experimentar letargo o ligera hipertermia durante un
corto periodo de tiempo después de la vacuna.
LA VACUNA EN LA CLÍNICA DIARIA
El uso de la vacuna está indicado en perros a partir de los
seis meses de edad para proporcionar una disminución significativa del riesgo
de infección activa por leishmania infantum o de leishmaniosis clínica.
La primovacunación consiste en tres inyecciones
administradas a intervalos de tres semanas. La inmunidad comienza cuatro
semanas después de haber completado la primovacunación. Es necesaria una
revacunación anual posterior para mantener la inmunidad.
¿Qué pasa si entre las tres primeras dosis se presenta un
problema clínico que impide cumplir los plazos establecidos de tres semanas
entre unas y otras? La respuesta dada por los técnicos del laboratorio, fue que
puede alargarse el plazo entre dosis y dosis, pero no más de siete días.
¿Qué ocurre si transcurre más de un año desde la última
dosis y la revacunación anual? La respuesta dada por los técnicos fue que se
podría alargar este periodo hasta 3 meses para no tener que volver al programa
de primovacunación.
La vacuna debe ser mantenida en frigorífico e intentar que
alcance la temperatura ambiente antes de inyectarla. También es conveniente que
se realice un suave masaje en el punto de la inoculación.
Dado que la eficacia de la vacuna se ha establecido en
perros negativos a Leishmania, no se sabe la eficacia de la misma para retrasar
o prevenir la progresión en perros ya infectados. Además, una vez que un perro
ha progresado hacía la infección activa es extremadamente difícil revertir la
progresión de la enfermedad. Por lo tanto se recomienda realizar las pruebas a
todos los perros antes de la primera vacunación.
¿Qué pruebas existen
y cuáles son las más recomendables?
-SEROLOGÍA (Inmunofluorescencia indirecta (IFI), ELISA, Test
rápido:
Ventajas: rápida y económica. Los títulos elevados están
estrechamente asociados a infección activa y es casi seguro que un perro enfermo
dará resultados positivos. Aceptada como medida de criba rutinaria para perros.
Inconvenientes: algunos perros pueden permanecer negativos
durante unos meses antes de la seroconversión, por lo que títulos negativos o
positivos bajos pueden seguir siendo asociados a un estado de desarrollo de la
enfermedad.
Si el IFI es negativo puede procederse a la vacunación.
Existe aún la posibilidad de que el perro sea portador del parásito porque el
título puede tardar unos meses en elevarse.
Si el IFI es + bajo (entre el umbral del laboratorio y
cuatro veces este umbral), debería realizarse otra prueba IFI tres meses más
tarde, igual que ocurriría si la prueba se hiciese con fines diagnósticos. Este
tipo de resultado puede estar asociado a un estado de enfermedad inminente o a
un perro resistente que ha estado luchando contra la infección y que no
progresará (al menos en este momento) hacia el estado de enfermedad.
Si el siguiente resultado es negativo, la vacunación es una
medida sensata. Sin embargo, si la prueba sigue siendo positiva, no es
recomendable la vacunación hasta disponer de más datos porque se desconoce la
eficacia de CaniLeish.
Pongamos como ejemplo que el umbral del laboratorio considera
que los resultados de 1/20, o inferiores indican negatividad, y los resultados
por encima de 1/20 ( 1/40,1/80, 1/160, 1/320…) indican positividad.
Si el resultado es positivo alto (más de cuatro veces
superior al umbral del laboratorio) no sería conveniente vacunar. Las
directrices indican que el perro sea tratado del mismo modo que si se tratara
de un perro enfermo.
La propia vacunación suele tener como resultado títulos
positivos transitorios para IFI o ELISA. No obstante sería de esperar que estos
títulos hubieran disminuido cuando llegue el momento de la revacunación anual.
En cualquier caso, las pruebas serológicas prevacunales solo son necesarias
antes de la primera vacunación.
-VISUALIZACIÓN MEDIANTE MICROSCOPIO EN EXTENSIONES TEÑIDAS
DE LESIONES CUTÁNEAS, LINFÁTICOS, MÉDULA ÓSEA O BAZO:
Ventajas: Si se encuentra el parásito, es seguro que el
perro tiene la enfermedad.
Inconvenientes: Posibilidad de casos negativos incluso en
caso de enfermedad muy grave. No es suficientemente sensible. No es útil como
prueba antes de la vacunación.
-INMUNOHISTOQUÍMICA DE LAS EXTENSIONES ANTERIORES:
Ventajas: Si es positiva es seguro que el perro tiene la
enfermedad. Mayor sensibilidad que la visualización indirecta.
Inconvenientes: Posibilidad de resultados negativos incluso
en casos de enfermedad muy grave.
-CULTIVO DE LAS MUESTRAS ANTERIORES:
Ventajas: Si es positivo es seguro que el perro tiene la
enfermedad. Mayor sensibilidad que la visualización con o sin tinciones.
Inconvenientes: no se dispone de esta técnica en las
clínicas y es demasiado lenta.
-PCR:
Ventajas: extremadamente sensible, ya que detecta el ADN del
parásito.
Inconvenientes: Una PCR + confirma la exposición al
parásito, pero no confirma la infección activa. Una PCR positiva no equivale a
enfermedad.
PRUEBAS RÁPIDAS:
Tienen la ventaja de que podemos obtener resultados en pocos
minutos lo que permite la vacunación del perro el mismo día de la prueba. El
test que lanza el laboratorio junto con la vacuna, tiene una correspondencia
adecuada con la IFI, de tal modo que un perro positivo a este test, se
correspondería a un perro positivo a IFI con un título de 1/100 o superior. No
da falsos positivos por otros parásitos hemáticos como Babesia, Ehriliquia,
Anaplasma, etc. Un resultado negativo en este test permite la vacunación.
Además, este test no da resultados positivos en perros vacunados no infectados
porque reconoce elementos del parásito que no están presentes en la vacuna.
En caso de que el test de positivo bajo en la escala IFI
(entre el umbral de positivo para el laboratorio y cuatro veces este valor),
será necesario repetir la prueba en tres meses, o
El título obtenido es positivo alto en la escala IFI (mayor
o igual a 4 veces el del laboratorio) lo que sugiere que el perro está
desarrollando la enfermedad.
Es imprescindible que el perro que vaya a ser vacunado, esté
debidamente desparasitado lo que no deja de ser un requerimiento habitual para
cualquier vacuna.
Es importante mencionar que el laboratorio recomienda no
vacunar a perros que estén tomando medicación inmunosupresora
(corticoesteroides e inmunosupresores (ciclosporina, azatioprina…)No obstante
no habría ningún problema en suspender estas medicaciones durante los periodos
vacunales, si es que la salud del animal lo permite, y volverla a administrar
con posterioridad.
En cuanto a la vacunación en perros mayores, no es
recomendable en perros de más de 12 años, pero este dato deberá ser valorado en
función de la raza del perro, y en el riesgo que pueda correr si no recibe la
inmunización.
La recomendación actual consiste en separar el momento de la
vacunación con CaniLeish del resto de vacunas un mínimo de dos semanas.
Texto y fotos obtenidas de la monografía del producto CaniLeish editada por Laboratorios Virbac.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Texto y fotos obtenidas de la monografía del producto CaniLeish editada por Laboratorios Virbac.
José Enrique Zaldívar Laguía.